Los 'silencios' del papa latinoamericano

Por Leonardo Oliva*"Comprar armas diciendo que es para defenderse representa un esquema de guerra". La frase de Francisco resuena en una de las escenas del documental "In viaggio", recién estrenado en el Festival de Cine de Venecia. En él, el cineasta italiano Gianfranco Rosi retrata los 37 viajes a 59 países que el primer papa latinoamericano ha realizado en sus casi diez años de pontificado. El film muestra a Jorge Bergoglio como un pontífice humano, casi proletario, muy cercano a sus fieles. Pero -dicen los críticos-, la película no dice nada del matrimonio homosexual o el rechazo al aborto, dos tabúes que la Iglesia católica todavía no acepta discutir.Estos silencios del papa se han hecho más atronadores ahora ante dos tragedias a las que, para muchos, el Vaticano ha evitado referirse: la invasión rusa a Ucrania y la persecución religiosa del gobierno sandinista en Nicaragua. Estos cuestionamientos ponen a Francisco frente al espejo de dos de sus antecesores: Juan Pablo II, quien no dudó en enfrentarse al comunismo; y Pío XII, quien supuestamente calló ante los horrores del nazismo.El actual pontífice, quien se ha autodefinido como "un pastor que huele a oveja", es el primer jesuita en ocupar el trono de San Pedro y también el primero en llegar allí desde el Tercer Mundo. Ambas particularidades lo han convertido en un papa heterodoxo, que choca con el conservadurismo encarnado hace siglos en el Vaticano. Ha promulgado la austeridad entre cardenales y obispos, los príncipes de la Iglesia, y ha dejado gestos que lo han acercado más que nunca a los católicos de a pie, como el combate a la pederastia de algunos sacerdotes.Pero ha tenido que refrenar esos ímpetus ante la poderosa Curia Vaticana. Por eso no ha dado pasos en dirección a otros reclamos de sectores liberales de la Iglesia como la posibilidad de que los religiosos se casen, que las mujeres entren en el sacerdocio o el matrimonio igualitario, aunque ha manifestado su respeto por los homosexuales.En este contexto, en su camino a construir una "Iglesia pobre para los pobres", Francisco se ha convertido en un "hombre incómodo", como lo define un vaticanista que hoy trabaja en Roma muy cerca del círculo íntimo del papa argentino. Algo similar dice el periodista Sergio Rubin, que lo conoce muy bien desde sus tiempos como arzobispo de Buenos Aires: "El papa no ha cambiado la letra, pero cambió la música de la Iglesia".Pese a los cambios culturales que ha impulsado el pontífice...

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