¿Con o sin ayuda?

Rafael Ernesto Góchezregochez@hotmail.comMiles de compatriotas están pendientes del anuncio del presidente Trump de cortar la ayuda a El Salvador, Guatemala y Honduras, países que viven una crisis humanitaria. Hoy día, se visualizan dos escenarios: (1) se congela, reduce o suspende la ayuda oficial de EUA a El Salvador, y (2) se condiciona, continúa o reprograma dicha cooperación.En este contexto y considerando las notables asimetrías con EUA, El Salvador debería actuar con madurez, sensatez y entereza. Para muestra, un botón: la legitimidad del GOES entrante podría darle un mejor posicionado que los gobiernos de Guatemala, Honduras y Nicaragua, razón por la que tendría la oportunidad de ejercer un liderazgo positivo entre Centroamérica y EUA para enfrentar las causas de la migración irregular (desempleo, inseguridad, corrupción y desesperanza). Este paso favorecería a los salvadoreños que viven dentro y fuera del país.En correspondencia con la política exterior, el próximo mandatario debería encabezar la puesta en marcha de una Agenda de País (partiendo del Plan Cuscatlán) y desarrollar una metodología de trabajo como la siguiente: (1) respetar el marco constitucional, (2) dar un espacio significativo a la sociedad civil, (3) incluir a actores locales de los catorce departamentos, (4) fijar metas nacionales y departamentales, (5) precisar las fuentes de financiamiento, (6) alinear la cooperación externa en esa dirección, y (7) rendir cuentas.De seguir este camino, El Salvador podría ser parte de procesos de mayor impacto. Por ejemplo, la iniciativa internacional para ejecutar un programa de desarrollo en el sur de México y Centroamérica (equivalente al Plan Marshall). Esa iniciativa (1) ampliaría las oportunidades de inversión y empleo en los lugares de origen de millones de migrantes, y (2) sumaría esfuerzos para desbaratar la conexión entre migraciones irregulares y negocios ilícitos...