El control social comunitario en Cuba y sus implicaciones para la seguridad pública
Autor | Jorge Luis Barroso González |
Páginas | 127-163 |
El control social
comunitario en Cuba
y sus implicaciones
para la seguridad
pública
Jorge Luis
Barroso González
BIBLID [2225-5648 (2016), 6:1, 127-164]
DOI: dx.doi.org/10.5377/rpsp.v6i1.2700
Recibido: Febrero 28 de 2016
Aceptado: Abril 15 de 2016
Universidad Central
“Marta Abreu”
de Las Villas, Cuba
jorgeb@uclv.edu.cu
Resumen
Este artículo aborda la forma en que se concreta el
control social comunitario en Cuba a través de las or-
ganizaciones populares que intervienen en tal activi-
dad. No se trata de una investigación empírica, sino
de un artículo referencial, donde se describe la expe-
riencia de Cuba en el control social comunitario. Así,
el contenido de este artículo puede servir de referen-
cia para otros países enfrascados en la lucha contra la
criminalidad y la consecuente inseguridad que sufren
sus ciudadanos y ciudadanas. Se analizan las princi-
pales organizaciones sociales cubanas, sus caracterís-
ticas, relaciones con el Estado, legitimidad, recursos y
mecanismos de participación, así como los aspectos
que favorecen y obstaculizan el control social comu-
nitario. Por último, se describen los cambios experi-
mentados en la realidad social cubana, a los cuales se
debe adaptar el sistema de organizaciones populares.
Si bien la experiencia cubana en materia de control
social comunitario puede y debe ser perfeccionada, no
cabe duda de que hoy Cuba puede exhibir al mundo o,
por lo menos, a muchos países latinoamericanos, un
resultado que debe ser tomado en cuenta.
Palabras clave
Control social comunitario, seguridad pública, organi-
zaciones populares.
* Estudio original elaborado para la revista “Policía y Seguridad Pública” en el marco de las gestiones de
apoyo académicas internacionales realizadas por el Centro de Investigación Científica (CINC-ANSP)
Community social
control in Cuba and its
implications for public
safety.
Jorge Luis
Barroso González
BIBLID [2225-5648 (2016), 6:1, 127-164]
DOI: dx.doi.org/10.5377/rpsp.v6i1.2700
Received: February 28, 2016
Accepted: April 15, 2016
Universidad Central
“Marta Abreu”
de Las Villas, Cuba
jorgeb@uclv.edu.cu
Abstract:
This article discusses how the community social con-
trol in Cuba is materialized through grassroots organi-
zations involved in such activity. It is not an empirical
research, but rather a reference article, that describes
the experience of Cuba in community social control.
Thus the content of this ar ticle can serve as a refe-
rence for other countries engaged in the fight against
crime and the consequent insecurity suffered by their
citizens. The main Cuban social organizations, their
characteristics, relations with the state, legitimacy,
resources and participation mechanisms, as well as
aspects that favor and hinder community social con-
trol are analyzed. Finally, the changes experienced in
the social reality of Cuba are described, to which the
system of grassroots organizations should adapt. Whi-
le the Cuban experience in community social control
can and should be perfected, there is no doubt that
today Cuba can show the world, or at least many Latin
American countries, a result that should be taken into
account.
Key words:
Community social control, public safety, people’s or-
ganizations.
* Original study written for the “Policía y Seguridad Pública” Journal within the framework of the inter-
national academic support efforts conducted by the Centro de Investigación Científica (CINC-ANSP)
El control social comunitario en Cuba y sus implicaciones
para la seguridad pública
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Jorge Luis Barroso
González
ENERO - JUNIO 2016 • REVISTA POLICÍA Y SEGURIDAD PÚBLICA
ISSN: 2225-5648, Año 6, Vol. 1, p. 127-164
1. Introducción
La lucha contra la criminalidad en el mundo contemporáneo se hace cada
vez más compleja. Los niveles de delincuencia aumentan de forma preo-
cupante, y los ciudadanos demandan a sus gobernantes una mayor segu-
ridad, reclamo que se ha ido sumando a las tradicionales exigencias de
acceso a alimentación, empleo, seguridad social, salud, educación, entre
otros derechos frecuentemente relegados por diversas causas. No existe
hoy agenda política y de gobierno que no contenga entre sus objetivos
más enfáticos a la seguridad pública en su variante objetiva (Cardoza Or-
tiz et al., 2010), con el propósito de minimizar los efectos del delito en
nuestras sociedades. Cierto que en buena medida también el sentimiento
de inseguridad de la gente es alimentado por los grandes medios de co-
municación, haciendo el juego a la ya instaurada y sólida industria de la
seguridad, pero —exageración aparte de los medios— nadie se atrevería a
poner en tela de juicio una realidad como esta, que golpea diariamente a
nuestros ciudadanos y ciudadanas.
Con el desarrollo de la criminología y otras ciencias sociales que abordan
el fenómeno en cuestión, se ha ido incorporando en nuestros esquemas
de pensamiento que no es con más policías, juzgados y cárceles que ten-
dremos el éxito esperado. No obstante, hoy más que nunca los Estados se
encuentran sumidos en la encrucijada entre el camino de la “mano dura”
y la “tolerancia cero”, y las prácticas preventivas integrales. La primera
variante es quizás menos costosa a simple vista y produce un efecto neu-
tralizador y ejemplarizante a corto plazo, pero al no ocuparse de la raíz
del mal a futuro no ofrece soluciones categóricas. La segunda forma de
tratamiento del fenómeno delincuencial puede llegar a ser costosa, requie-
re de mucha voluntad política, y los resultados no se pueden esperar de
un día para otro, lo que sin duda inquieta a los ciudadanos y ciudadanas
que reclaman contundencia y celeridad a sus gobernantes, mientras estos
últimos no cuentan con mucho tiempo en el poder para dar respuesta a
tales demandas. Resultado: la acción represiva se sobredimensiona y con
ella la gente cree resuelto el problema cotidiano y de paso los políticos
hacen ver que cumplen sus agendas. Y no es que reprimir sea reprochable,
porque, de hecho, la pena no es un recurso del que se puede prescindir en
estos momentos.
En paralelo, se requieren estrategias preventivas que abarquen todos los
niveles de la sociedad, pero fundamentalmente el nivel comunitario, esce-
nario donde se gesta un altísimo porcentaje de las conductas criminales,
y donde además se genera un proceso natural de autorreproducción de la
delincuencia que la puede perpetuar y amplificar si no se interviene proac-
tivamente en sus determinantes.
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