Discurso del Coordinador Principal del Centro de Investigación Científica en el marco de la presentación pública del séptimo número de la revista 'Policía y Seguridad Pública'

• Páginas: 508-511

Documentos

Institucionales

508

JULIO - DICIEMBRE 2015 • REVISTA POLICÍA Y SEGURIDAD PÚBLICA

Discurso del Coordinador Principal del Centro de Investigación Científica

en el marco de la presentación pública del séptimo número

de la revista “Policía y Seguridad Pública”

ISSN: 2225-5648, Año 5, Vol. 2, p. 508-512

Discurso del Coordinador Principal del Centro de Investigación Científica

en el marco de la presentación pública del séptimo número de la revista

“Policía y Seguridad Pública”

Señor Viceministro de la Defensa Nacional: General de Aviación Jaime

Leonardo Parada González.

Señor Director General de la Academia Nacional de Seguridad Pública:

Lic. Jaime Edwin Martínez Ventura.

Señores titulares y funcionarios de las diferentes dependencias del

Ministerio de Justicia y Seguridad Pública.

Señor Sub Director Ejecutivo de la Academia Nacional de Seguridad

Pública: Comisionado José Manuel Olivares Rivera.

Señores subdirectores, jefes y personal operativo de la Policía Nacional

Civil.

Señores jefes policiales de esta academia e invitados especiales tengan

todos muy buenos días.

El Salvador se inscribe en uno de los entornos más complejos de

seguridad que se hayan generado en la posguerra, ante tal adversidad

resulta imposible permanecer impávido mientras las organizaciones

criminales pandilleriles secuestran progresivamente el tejido social en el

territorio y la comunidad; desafían peligrosamente a la autoridad pública

e intentan doblegar el esfuerzo y las iniciativas de todos aquellos que se

les oponen. El problema fundamental acá es que también ha mediado la

falta de voluntad en el Estado para imponerse y la complicación de los

buenos ciudadanos para entenderse y conducirse como uno solo. Todos se

trasladan culpas y responsabilidades, se demandan políticas inteligentes,

esfuerzos acertados, ello ocurre mientras algunos se quejan de no contar

con los recursos suficientes y otros de derrocharlos en acciones inútiles

y poco pensadas que no contribuyen a dar un vuelco significativo a la

situación. Otros traen unas exigencias pesadas y con poca factibilidad sin

reparar que en sus roles de juzgadores y aplicadores de la ley tuercen

la justicia en sus subterfugios legales y tecnicismos minúsculos que

fortalecen el estado de cosas; desechan a los justos y reivindican a los

malos, realidad tan palpable que ratifica aquel pasaje escritural en el

evangelio de Lucas que reza de la siguiente manera; abro comillas: “… hay

de vosotros también intérpretes de la ley porque cargáis a los hombres con

cargas que no pueden llevar pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis…”

cierro comillas.