El estilo colonial de la Casa Barrientos recupera su brillo

Maryelos CeaDesde su ubicación en la intersección de la 1ª. calle Poniente y la avenida Roberto Carías, la Casa Barrientos ha visto transcurrir 158 años de historia en Izalco, Sonsonate; y un proyecto de restauración financiado por Estados Unidos aspira a alargar la vida de este patrimonio cultural protegido y Monumento Nacional de El Salvador.La Casa Barrientos data de mediados del siglo XIX. La inscripción en la puerta principal sugiere que terminó de construirse en 1864, cuando el país apenas tenía 43 años de haberse declarado independiente y trataba de encontrar estabilidad tras la caída de la Federación Centroamericana.Esa misma inscripción informa con las iniciales "DRB" que la casa fue construida por don Ramón Barrientos Vega, un ladino nacido en 1817. Benjamín Arucha, historiador de la alcaldía de Izalco, afirmó que el propietario edificó la vivienda para habitarla junto con su esposa, Tránsito Castillo Viscarra, y los 14 hijos que procreó con ella.Los Barrientos eran una familia de terratenientes y fueron dueños de varios inmuebles que hoy forman parte del patrimonio cultural del pueblo, agregó Arucha. Muchos en Izalco los recuerdan por su generosidad. Fueron los primeros en tener agua potable y pusieron una pila a disposición de quien la necesitara. "Querían dejar un legado. Querían dejar un desarrollo tanto económico, social y político", sostuvo Arucha.No obstante, reconoció que las poblaciones indígenas no olvidan también el papel de los ladinos en el genocidio de 1932, cuando en respuesta a un levantamiento de campesinos, el dictador Maximiliano Hernández Martínez ordenó asesinar a todo aquel que pareciera indígena. Una investigación de LA PRENSA GRÁFICA publicada en 2017, señala que los indígenas fueron vistos como un obstáculo para el agro, de acuerdo con documentos de la época que se encuentran en el archivo de la alcaldía.Según una de las actas, la agricultura se estaba "tropezando con muchas dificultades en los riegos de terrenos que han permanecido en poder de la clase indígena, quienes siempre han puesto obstáculos injustificables al elemento ladino que se dedica a la siembra de cereales en la estación seca".La Casa Barrientos, dijo Arucha, también presenció uno de los hechos de 1932. Frente a sus puertas fue atacado el entonces alcalde Miguel Call y otro hombre que lo acompañaba. Alfonso Barrientos Díaz atestiguó el hecho, relató el historiador, y logró introducir al acompañante del alcalde a la vivienda, pero no a...

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