Fíjese que...

Herman DuarteUn abogado que no dice fíjeseSi existe una antesala para malas noticias en El Salvador, esta viene con la premonición de un "Fíjese que...", no existe frase que genere más frustración que un "Fíjese que...", pues esta nunca viene acompañada de buenas noticias. Normalmente, tras un "Fíjese que" solo pueden esperarse excusas, problemas o explicaciones que justifican las razones por las cuales un plan resultó fallido. Veamos algunos ejemplos de esta particular frase salvadoreña.Comenzando con don José, quien tiene 43 años, dos hijos, se encuentra divorciado pero no se ha dado cuenta y tiene un problema constante con el uso de la banca en línea porque al ser disléxico (tampoco se ha dado cuenta) se confunde cada vez que tiene que poner el "token" y termina bloqueando su sistema. Por eso, después de invertir una buena media hora de su vida que se acaba (como la de todos) con un agente de call center ("Fíjese, don Carlos, que este trámite solo se puede en persona, en la sucursal principal") tomó la decisión de ir al banco en persona y resolver de una vez por todas su acceso al internet banking.Lo que no sabía don José es que justo como él, vendrían docenas de personas para resolver un sinfín de gestiones en este banco que promete todo, menos altos rendimientos, pues el subconsciente colectivo del país aún sufre por el fraude que Roberto Mathies Hill (ilustre visitante -no sé si será socio- del Club Deportivo Internacional y distinguido profesor de inglés en sus tiempos de Mariona) ideó junto con sus secuaces de Finsepro/Insepro, dejando a miles de personas sin sus ahorros, así como le pasó a mi querida Tía CCA (QEPD). El fraudulento banquero de Robertío Mathies Hill podría haber fácilmente utilizado un "Fíjese" para explicar sus artimañas financieras: "Fíjese que... me los gasté... los invertí mal y se perdieron".Pero regresando a don José, y dejando a un lado al infame defraudador de pensionados, tras 3 horas de estar haciendo fila en el...