Gestión del riesgo climático: restaurar la naturaleza (Tercera Entrega)

Juan Marco ÁlvarezTwitter: @jmagreenLa naturaleza es la primera línea de defensa contra los crecientes impactos del cambio climático. Nuestros bosques, incluyendo el bosque cafetalero, almacenan y regulan el agua, el cual constituye un servicio ambiental que adquiere más importancia a medida que la lluvia se vuelve más impredecible. Nuestros humedales absorben inundaciones potencialmente mortales y aseguran suministro de agua para muchos agricultores y varias ciudades en tiempos de sequía. Nuestros manglares, además de proveer alimento, controlan tormentas que pudiesen destruir comunidades costeras.Estos ecosistemas vitales y muchos otros, como los arrecifes, sostienen a millones de personas al proporcionar alimentos y combustible, mejoran los medios de vida de las comunidades vecinas y contribuyen a la lucha contra el cambio climático mediante la captura de dióxido de carbono. Un entorno natural saludable es por lo tanto la piedra angular para construir resiliencia en todos los sectores de nuestra economía. Un entorno natural en buen estado también es fundamental para la "adaptación" lo cual significa invertir en iniciativas y medidas de ajuste con el objetivo de reducir la vulnerabilidad de la naturaleza y de la infraestructura creada por el hombre, ante los embates del cambio climático.Sin embargo, la degradación excesiva del territorio salvadoreño contribuye a maximizar nuestra vulnerabilidad: cuencas, bosques y suelos severamente dañados, áreas naturales desprotegidas y especies en peligro de extinción, recurso hídrico disminuido y contaminado, además de construcciones en sitios inapropiados. Todavía estamos a tiempo para proteger y trabajar "con y por la naturaleza" para construir resiliencia y reducir los riesgos climáticos, pero esta ventana se está cerrando por la continua degradación de los recursos naturales. El más reciente daño reportado en los medios son las 8 manzanas de bosque nebuloso que fueron taladas durante la cuarentena en el área natural Los Andes, del Volcán de Santa Ana. Considerando la poca vegetación natural que le queda a El Salvador este hecho es inaceptable.Una solución para enfrentar el cambio climático es precisamente conservar ecosistemas "relativamente saludables" por medio del fortalecimiento y el manejo efectivo de las áreas naturales. En nuestro país estas se aglutinan bajo el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SANP), pero como ya sabemos no cuentan con la inversión ni la protección debida. En ese...

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