Niñas pierden poder de decisión en elpaís

Evelyn Machuca

Que una niña abandone su ámbito familiar para formar su propia familia, con la esperanza de mejorar su situación actual, no va a hacer más que perpetuar un círculo de violencia y frenar, para toda su vida, su desarrollo integral. Lo que hacen es pasar de un control parental a un control marital, así lo afirmó la procuradora especializada en Familia de la Procuraduría General de la República (PGR) , Claudia Cáceres.

Muchas veces, tal vez escapando de alguna situación disfuncional en su hogar, las niñas ven el matrimonio o el acompañarse como una ruta escape, pensando que las cosas van a ser diferentes, pero lo único que hacen es cambiar a la persona que las está agrediendo, que está ejerciendo violencia sobre ellas, "porque quienes van a seguir decidiendo sobre ellos va a ser otro adulto, ellas no van a tener el más mínimo poder de decisión", advierte la funcionaria.

Según Cáceres, cuando una persona tiene entre 12 y 17 años es el momento en que la niñez y la adolescencia están buscando su identidad, están pensando hacia dónde van, cuáles son sus metas, quiénes quieren ser, qué quiesieran estudiar. También es en esa etapa de desarrollo cuando van adquiriendo las habilidades que cuando sean adultas van a ser necesarias para hacer valer sus derechos, sus opiniones y sobrevivir dentro de una sociedad.

Sin embargo, con la permisiva legislación actual prevenir esta situación es difícil de lograr.

"¿Qué vulnera el matrimonio infantil y la unión temprana? Su desarrollo integral, todo su proyecto de vida, porque siempre va a estar sometida a un adulto que ejerce el control, que tiene el poder y, por lo tanto, la niñez y la adolescencia se van a ver limitadas en cuanto a tomar cualquier tipo de decisiones, porque dentro del matrimonio o dentro de esa unión temprana no van a tener voz", recalcó.

Si bien la finalidad del Estado ha sido procurar protección, el abordaje de varios fenómenos sociales siempre han estado determinados desde la óptica de un adulto, que es el que decide qué es lo más conveniente para la niñez y la adolescencia.

En 2009 fue aprobada la Ley Especial para la Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA) y entró en vigencia en 2011, este sector no tenía ningún poder decisión, pero con esta legislación se les ha dado al menos la posibilidad de opinión y este tema ha cobrado relevancia.

Los desafíos, no obstante, aún son grandes y más cuando la que mayormente se ve en vuelta en este tipo de situaciones es...

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