Proveyámosles a los jóvenes no solo las oportunidades que esperan sino también las herramientas que necesitan para hacer que las oportunidades funcionen

David Escobar Galindodegalindo@laprensagrafica.comEn otras épocas, los adultos eran no sólo los que establecían las reglas del comportamiento social sino los que definían las reglas del avance del proceso social en todas sus expresiones. Esa era una dinámica tradicional reconocida y aceptada como manifestación de normalidad incuestionable, que tenía el aval de los esquemas históricos establecidos ya como algo totalmente natural. Pero la transición que se está produciendo en nuestro país está poniendo todas las cosas en una dimensión que no sólo era desconocida en el pasado reciente sino que presenta hoy una novedad hasta hace poco insospechada; y tal novedad está directamente vinculada con el dinamismo de la renovación, que es al mismo tiempo una oportunidad y un desafío, en el más pleno sentido de ambos términos. Aquí entran a jugar un papel decisivo la voluntad y las aspiraciones de los jóvenes, que se han venido volviendo cada más determinantes a la hora de reconocer el presente y de definir el futuro. Es un juego de tiempos que se entrecruzan y se entrelazan haciendo que las generaciones tengan que interactuar en un plano de igualdad y reciprocidad que hasta hace poco hubiera sido insospechable.En todo caso, la juventud de esta época se mueve en el escenario de los hechos presentes con un protagonismo que se manifiesta en los más diversos campos y de las más variadas maneras. A esto contribuyen muchos factores, entre los que podemos mencionar algunos que tienen un relieve propio de los tiempos, como decir la ola tecnológica que se alza y se expande cada día más y la incidencia de las voluntades juveniles en el desenvolvimiento político de las sociedades que se ubican a lo largo y a lo ancho del mapamundi. La expansión globalizadora ha venido a ponerse a disposición de las nuevas prácticas socializadoras, y eso, como todo, tiene sus ventajas y sus peligros, porque en este nuevo escenario nada está definido de antemano, como se puede comprobar con la experiencia de la pandemia del Covid-19, que tiene al mundo sobre la cuerda floja, sin nada claro y definido al respecto.Pero lo que sí puede afirmarse en medio de tantas incertidumbres es esa redefinición generacional a la que acabamos de hacer referencia. Los límites entre los tiempos humanos se difuminan, y no es que eso signifique que ya no hay diferencias marcadas por los tiempos sucesivos, sino que las diferencias...

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