Recibir la paz del Espíritu Santo

Rutilio SilvestriColumnista de LA PRENSA GRÁFICADurante una de sus homilías, el Papa Francisco animó a los fieles a recibir la paz que brinda el Espíritu Santo con la sencillez y la alegría de los niños cuando reciben un regalo.El Evangelio de Juan nos recuerda las palabras de Jesús antes de la Pasión, anunciando a sus discípulos: "la paz les dejo, mi paz les doy", una paz completamente distinta a la que ofrece el mundo.La paz mundana abarca características que nos muestran que no es definitiva, como todo lo de la tierra: la de Herodes que acaba cuando los Magos le dicen que ha nacido el Rey de Israel, la de la vanidad que se tambalea según la persona se sienta apreciada o insultada. Sin embargo la paz que nos da Jesús es la del Espíritu Santo.¡La paz de Jesús es una persona, es el Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad! El mismo día de su resurrección, Jesús llega al Cenáculo y su saludo es: La paz esté con ustedes. Reciban al Espíritu Santo. Esta es la paz de Jesús, es una persona, es un regalo grande. Y cuando el Espíritu Santo está en nuestro corazón, nadie puede arrebatarnos la paz, ¡Nadie! ¡Es una paz definitiva!El trabajo del cristiano es custodiar esta paz. Es una paz grande, una paz que no es mía, es de otra persona que me la regala, de otra persona que está dentro de mi corazón y que me acompaña toda la vida. ¡Me la dio el Señor!Esta paz se recibe con el bautismo y con la confirmación, pero sobre todo se recibe como un niño recibe un regalo: sin condiciones, con el corazón abierto, poniendo de relieve que hay que...

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