Recordando a Leonel Gómez Vides, en el décimo aniversario de su partida

Alberto Arenearenealberto@yahoo.esPocos salvadoreños hicieron tanto por tanta gente y por el país como Leonel Gómez Vides, libre pensador y humanista, iconoclasta conspirador del bien. Su originalidad, valentía y gran corazón, y sus relaciones tan amplias y diversas que cultivó adentro y afuera del país, vinculándolas selectivamente entre sí para fines diferentes, fueron puestas al servicio de diversas causas sociales y humanitarias, y de la paz democrática en El Salvador.Parte de su vida y de su manera de ser fue contada por Carolyn Forche en su libro ("Lo que has oído es verdad. Una memoria de testimonio y resistencia". Pinguin Press, 2019). Y el domingo recién pasado, el Sindicato de la Industria Eléctrica de El Salvador (SIES) conmemoró su vida y contribución con un hermoso acto de recuerdo y reflexión con la presencia de familiares, amigos y personas cuyas vidas fueron tocadas por Leonel. La mía incluida, por haber sido mi cuñado una década y por participar juntos en algunas iniciativas desde Washington para promover la negociación de la paz en nuestro país.De una prominente familia de Santa Ana, se crió en esa ciudad y en las fincas de café donde convivió con las precarias condiciones de vida de los campesinos, y sus contrastes. Talvez ese fue el origen de su estrecha vinculación con las cooperativas campesinas y la reforma agraria en la que participó como asesor del presidente del ISTA, asesinado con aquellos asesores norteamericanos en enero de 1981, saliendo al exilio en Washington después de un par de atentados fallidos contra su vida. En los años previos, se opuso a la asesoría e involucramiento del Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (AIFLD) que tanto contribuyó al carácter contrainsurgente de la reforma agraria de la siguiente década.Acusado de comunista por la derecha y de agente de la CIA por los comunistas, le indignaba este último epíteto, sin negarlo, consciente de que esa percepción contribuía a su protección en aquellos tiempos de barbarie.En Washington trabajó incansablemente explicando y denunciando la política de Reagan en El Salvador y promoviendo una solución política-democrática del conflicto. Así desarrolló la mejor relación con el senador Leahy y su asesor Tim Rieser, uno de los más influyentes staffers en el Congreso presidiendo la política exterior y de asistencia de Estados Unidos. Y con nuestros amigos Dick McCall, asesor del liderazgo demócrata en el Senado, y Bernard Aronson...

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