La ruta de la seda

José AfaneColumnista de LA PRENSA GRÁFICAEn la ruta de la seda se comercializaba mucho más que seda: productos exóticos, piedras preciosas, papel, armas, marfil y porcelana, de alta demanda en un mundo emergente dominado por los romanos. Una larga ruta que se originaba en China, hacia Mongolia, India, Rusia, Pakistán, Turquía, Persia, Europa y África. Sus productos eran esperados con ansias por mujeres aristócratas que admiraban a los chinos por ser los únicos en producir la fina seda con la que lucían sus mejores galas.Desde hace 5,000 años, China ha sido punta de lanza en su estrategia de liderazgo comercial en el mundo entero. Ahora, su huella es más profunda con el desarrollo de una serie de corredores económicos mediante inversiones en infraestructura (hasta los salvadoreños salimos premiados con unas ruedas, una futura biblioteca y quizá un estadio). Esto motiva a Pekín a fortalecer su política exterior en busca de recuperar "el sueño chino": Conquistar el dominio mundial, superando, de una vez por todas, la "humillación nacional".Organizaciones mundiales, como la OTAN, temen perder control e influencia al ser opacadas por el plan chino llamado "Chinesse Belt and Road Initiative", un bloque transoceánico y nuevo centro de gravedad comercial y productiva, a través del dominio de los mares.Esta conquista occidental, en proceso desde la década de los setenta, no es un secreto, ya que ha sido ampliamente detallada en reveladoras publicaciones como "Cuando China Domine el Mundo" y en "El fin del Mundo Occidental y el...

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