DE SEGURO, CON LO PRIMERO QUE NOS TOPAREMOS EN EL MÁS ALLÁ ES CON UNA MESA SERVIDA PARA INVITADOS DESCONOCIDOS E INVISIBLES

HistoriasSe casaron con el entusiasmo de iniciar una nueva vida, lo cual para ambos era como despertar una mañana intensamente impregnada de luminosidad.Sus vidas familiares respectivas no habían sido gratificantes en ningún sentido, y eso los llevó a ilusionarse con un nuevo comienzo, dibujado por ellos en sus correspondientes lienzos conscientes.Pero en cuanto empezaron a vivir juntos, cada uno a su estilo se dio cuenta de que aquello muy difícilmente podía llegar a parecerse a lo imaginado.No quisieron convencerse de lo anterior por resistencia a desechar su mejor sueño, y continuaron ahí, sin ningún reconcomio y sin ninguna queja, mientras la vida seguía su curso. Y como si ésta tuviera un plan propio sobre el destino de ellos, al mismo tiempo se toparon con alguien cuya presencia les iluminó la mirada desde adentro.Ella trabajaba en un call center y ahí se lo topó. Era imagen sí, pero con cuánta vida. Él laboraba en una ferretería y ahí se la topó: -¿Qué busca? -A ti.Entre ellos no se dijeron nada. Bastaba con que aquello estuviera pasando. Y un día, antes de irse cada uno por su lado, sólo se preguntaron entre sí:-Tenemos que abrir la cerradura de la felicidad. ¿Sirve tu llave?-Pues creo que sí. ¿Y la tuya?-Ya la probé y sirve.Se quedó viuda muy pronto, porque él, su marido, estaba relacionado con sujetos de muy baja calaña de los cuales ella nunca antes tuvo ni la más remota noción, y que se dedicaban a negocios turbios y a prácticas delictivas.Un día de tantos, en una redada policiaca él fue abatido a balazos porque opuso resistencia a la autoridad que llegaba a capturarlos. Ella no podía creer que aquello hubiera pasado, y se retrajo en sí misma como queriendo escapar de una absurda sensación de culpabilidad.-Hijita, reacciona -le trató de hacer ver su madre-. Estoy consciente de que todo esto te duele hasta el fondo el alma, ¿pero tú qué tienes que ver, por Dios santo? ¡Perdoná que te lo diga, pero él se lo buscó!.Después de aquella traumática experiencia de viudez, se le fue apagando de manera progresiva todo impulso de ilusión. ¿Para qué exponerse de nuevo?Y entonces apareció Braulio, que para ella resultó un desconocido irresistible.Estaban aquella noche en la cama, en lo oscuro. Él le susurró sin preámbulo:-Yo soy de aquel grupo. Conocí a tu marido. Él hablaba de vos con gran amor.Ella se apartó de súbito, pero en ese mismo instante algo se le removió, y se le acercó de nuevo, piel con piel. Sí, aquel era un enviado por su...

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