#TodosSOMOSPipe

Por Gerardo MuyshondtEl 1º de septiembre de 2015, mi vida cambió para siempre. Mi esposa, Patty, tenía 8 meses de embarazo y estábamos felices de que pronto iba a nacer Marcelo, mi tercer varoncito. Mi vida era perfecta. Llevamos a Pipe, que acaba de cumplir 2 años, a que le hicieran una resonancia magnética porque parecía que estaba perdiendo el balance.Pocos minutos después, nos tocó escuchar las palabras "hijo", "tumor" y "cerebro" en la misma oración. Y así, por primera vez en la vida, entendí el significado de la palabra "miedo".En unos pocos minutos, como familia, nos tocó reinventarnos. Los planes que llevábamos trazando toda una vida, las prioridades y nuestros compromisos, fueron sacudidos por completo.Empezamos la batalla más difícil e importante de nuestras vidas. También, una experiencia llena de aprendizajes que nos marcaron para siempre.Siempre había creído que las lecciones más valiosas que se podían aprender iban a venir de personas con más canas que uno. Con más rodaje, con más experiencia. Nunca me imaginé, que la persona que más me iba a enseñar de la vida, era un niño. Mi niño.A sus 2 años, Pipe empezó a darme lecciones. Me enseñó que la fuerza, la valentía y el corazón, pueden ser enormes en alguien que es pequeño.Pipe me enseñó que la felicidad, está amarrada a la familia y a la fe, y que el amor y la esperanza, le ganan por lejos al miedo.De él aprendí a que los amigos, se pueden volver familia. Y que en la familia, siempre están los mejores de los amigos.Me enseñó que llena más hacer algo por alguien más, que por uno mismo, y que el cariño de un extraño que te apoya, llena igual o más, que el de un conocido de...

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