Otra vez la misma información

Sandra de BarrazaColumnista de LA PRENSA GRÁFICAIndependientemente del proceso de formación de ley, altamente cuestionado, la iniciativa de establecer como límite 15 años para que las unidades de transporte público de pasajeros presten servicio es de beneficio para todos los usuarios, que son la gran mayoría de la población. Y también es de beneficio generalizado por las implicaciones en el medio ambiente.No es la primera ni la última vez que este tema entra en la agenda de los legisladores. Desde la ley anterior se estableció un límite racional y prudencial que nunca se cumplió. Los intereses particulares y las presiones político-partidarias del sector "empresarial" de transporte público de pasajeros son poderosos, más poderosos que el compromiso de los funcionarios con el bien común. Lo usual es una prórroga y otras prórrogas más, hasta el punto que las exigencias legales quedan en el olvido.Nuevamente sale a la luz pública el tema. Son 10,487 los buses y microbuses que tienen más de quince años de servicio, tiempo en el que el mantenimiento seguramente se ha reducido al mínimo. El tiempo de la rotación de llantas llegó a su límite y han sido sustituidas por llantas usadas, de esas que se importan con una vida útil reducida y posteriormente se convierten en desechos que se tiran a las quebradas de cualquier parte del país. Basta ver el estado de las unidades para darse cuenta del riesgo al que son sometidos los usuarios en todos sus trayectos.No es primera vez que se conoce que de cada 10 unidades de transporte público de pasajeros, 4 o un poco más deben salir de circulación. El millonario estudio de Tahal, contratado en los noventa por el Ministerio de Obras Públicas, lo cuantificó. No se hizo nada. Los intereses políticos y presiones fueron más fuertes que la realidad y esto a pesar de la exoneración generalizada que tienen los "empresarios" en...