Con un vodka en la mano

Jacinta EscudosEscritoraEl viernes 4 de octubre de 1974 aparentó ser un buen día para Anne Sexton. Por la mañana, visitó a su terapeuta, la doctora Schwartz. Cuando terminó la sesión, se montó en su Cougar rojo, modelo 67, para almorzar con su amiga Maxine Kumin.Comieron sándwiches de atún. Bebieron vodka. Fumaron. Revisaron las pruebas de impresión del próximo libro de Sexton. Maxine también era poeta. Desde que se conocieron, habían formado un vínculo estrecho. Hablaban a diario, se veían a menudo. Si estaban lejos, se escribían cartas. Entre ambas trabajaban sus poemas con la misma rigurosidad como si estuvieran en el taller literario donde se conocieron. Instalaron una segunda línea telefónica, en cada una de sus casas, para dedicarla exclusivamente a hablar dos o más horas diarias sobre sus versos. Escribieron juntas cuatro libros para niños.Terminado el almuerzo, Sexton montó en el Cougar, arrancó, bajó la ventanilla y le gritó algo a Maxine, algo que esta no entendió. Siguió con la mirada el vehículo hasta perderlo de vista, preguntándose qué le habría dicho. Se lo preguntaría el resto de su vida.Mientras tanto, en el consultorio donde había estado por la mañana, la doctora Schwartz encontró el paquete de cigarrillos y el encendedor de Sexton, escondidos detrás de un jarrón con margaritas. Le pareció muy extraño, pues era obvio que habían sido puestos allí a propósito. Anne no podía estar sin fumar. La doctora tuvo un mal presentimiento.Maxine Kumin, la última persona en verla viva, se negó durante años a hablar sobre aquel día o sobre su relación con Sexton. Era la segunda vez que le pasaba, perder a una querida amiga por suicidio. Cuando al fin rompió el silencio, Kumin declaró, entre otras cosas, que sabía que tarde o temprano Sexton se suicidaría. Lo había intentado, por lo menos, cinco veces.Ambas se conocieron en el taller literario del escritor John Holmes, al que Anne llegaría por recomendación médica. Sus múltiples crisis comenzaron en 1954, después del nacimiento de su primera hija, cuando le fue diagnosticada depresión post parto. Al año siguiente tendría a su segunda hija y la depresión fue tal que hubo que internar a Sexton en un hospital, mientras las niñas fueron enviadas a casa de sus abuelos paternos. En el 56, un primer intento de suicidio, en el que no llegó a tomar todas las pastillas con las que pretendía matarse, la llevaron al psiquiatra.Comenzó entonces una larga relación con el doctor Martin Orne quien, como...

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