Washington y Nayib Bukele: del encanto al rechazo

Héctor Silva ÁvalosLa primera vez que Nayib Bukele llegó a la capital de Estados Unidos, ya en su calidad de presidente electo de El Salvador, desplegó sus encantos como orador en espacios cortos y llevó a los salones en los que estuvo el atractivo -su "charm"- que empezaba a hacerse legendario en redes sociales. Bukele fue, en la primavera de 2019, un éxito en Washington.Aquella vez los demócratas y republicanos con quienes se reunió en el Congreso, así como algunos tanques de pensamiento, no dudaron en ofrecerle su cooperación en la agenda bilateral, un tanto mancillada entonces por la retórica de Donald Trump, la falta de atención del legislativo estadounidense y la irrelevancia de la representación diplomática del gobierno saliente de Salvador Sánchez Cerén en Washington.En el último mes, LA PRENSA GRÁFICA habló con un asesor del Departamento de Defensa, dos asistentes legislativos, dos funcionarios de la administración Biden y media docena de representantes de organizaciones civiles y tanques de pensamiento estadounidenses sobre la evolución de la perspectiva que Washington tiene de Nayib Bukele y su presidencia. Todos accedieron a conversar con la condición de que no se les citara por nombre por no estar autorizados a hacer comentarios en público.El encanto de Bukele se ha ido apagando. Hoy, casi dos años después de aquella gira, el desencanto de Washington se ha convertido en franca sospecha, reproche o, en algunos casos, rechazo. Lo que había empezado tan bien en marzo de 2019, con una gira organizada en buena medida desde la embajada estadounidense que llevó a Bukele a reunirse con funcionarios de más alto nivel del Departamento de Estado en temas latinoamericanos y a pronunciar un discurso en la Heritage Foundation, se fue descarrilando de a poco, al punto de que en un segundo intento de tener reuniones de alto nivel, ya con Joe Biden en la Casa Blanca, ningún funcionario de la nueva administración se quiso reunir con él.El rechazo tiene que ver, sí, con la salida de Donald Trump, pero la imagen del salvadoreño había empezado a deteriorarse antes, incluso entre los republicanos.El asunto se empezó a torcer cuando Bukele, a pesar de la promesa que había hecho a la entonces embajadora estadounidense Jean Manes de revisar las relaciones diplomáticas con China, abiertas por el gobierno efemelenista en detrimento del vínculo con Taiwán, decidió seguir de la mano con Pekín, según confirmaron a LA PRENSA GRÁFICA un asesor externo del...

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