Afrontar el costo del clima mediante inversiones en agua y saneamiento

Fecha de publicación19 Abril 2024
Catarina de Albuquerque
Directora ejecutiva de la alianza mundial Saneamiento y Agua para Todos, acogida por UNICEF
Para lograr agua y saneamiento para todos para el año 2030, América Latina y el Caribe necesitarán movilizar 372 mil millones de dólares adicionales durante los próximos cinco años. Puede parecer una suma considerable, pero requiere una inversión anual de menos del 1.3 % del PIB actual del continente. También es menos que los miles de millones de dólares que la región pierde cada año debido a la escasez de agua y otros desastres climáticos.
Los ministros de finanzas se han mostrado reacios a invertir en agua y saneamiento, considerando que estos servicios representan una carga para los presupuestos públicos. Sin embargo, estos servicios son esenciales no solo como derechos humanos sino también para hacer frente al cambio climático y alcanzar objetivos de desarrollo.
El Salvador se encuentra entre los países más afectados por los peligros relacionados con el clima en todo el mundo, incurriendo en pérdidas anuales de alrededor del 2.5 % de su PIB. En los últimos 30 años, el cambio climático le ha costado a su economía más de 2,200 millones de dólares en pérdidas de productividad, según el Banco Interamericano de Desarrollo. Sin una acción climática urgente, el PIB del país podría caer hasta un 7 % de aquí a 2030.
Sin embargo, podemos reducir los costos climáticos al invertir en agua y saneamiento. Entonces, ¿cómo podemos garantizar que se produzca esa transformación
En primer lugar, debemos empezar por establecer prioridades políticas. ¿Quién aumenta o disminuye los presupuestos para infraestructuras y servicios"¿Quién decide sobre impuestos y aranceles"Se trata de decisiones políticas y creo que cuando se moviliza la voluntad política, llega la financiación.
Por ejemplo, el año pasado, once gobiernos anunciaron que estaban trabajando en Pactos Presidenciales sobre Agua y Saneamiento. Estas iniciativas incluyen mayores asignaciones presupuestarias, fuentes innovadoras de financiamiento y planes para construir infraestructura resiliente al clima que mitigará el impacto de las sequías y las inundaciones. Esperamos que los países de América Latina y el Caribe -y más allá- sigan este ejemplo.
En segundo lugar, debemos trabajar codo a codo con los ministros de finanzas, centrándonos en cómo las inversiones en agua y saneamiento pueden estimular el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. Según la Comisión Económica para América Latina y el...

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