'Mi agresor es un futbolista de la Liga Mayor'

Por Ricado FloresEsta historia comienza por el amor al fútbol, pero sobre todo por el amor al equipo de la capital salvadoreña, Alianza F.C. Así es como Sofía (nombre ficticio) conoció al jugador que más tarde se convertiría en el padre de su hijo y, casi al mismo tiempo, en su agresor.Sofía cuenta que las agresiones iniciaron desde que estaba embarazada: "Me golpeaba, me engañaba, me llamaba gorda fea. Me dejé hasta vomitar por él".Pero el maltrato no solo llegaba de su pareja. Ella asegura que la mamá del futbolista le "sugirió" que abortara cuando supo que esperaba un hijo de él.En el tiempo que convivieron, según ella, eran recurrentes las borracheras del joven futbolista. Sofía, de 25 años, recuerda que una vez le dijo que "estaba robando" en el Alianza , en referencia al bajo rendimiento del joven por estar sumido en la bebida.Una adicción, que según ella, lo llevó a ser descartado para seguir con la plantilla del equipo albo, por lo que pasó a otros clubes de la Liga Mayor de El Salvador."Ahora entiendo que yo no me quería. Cuando estaba con él sufrí violencia psicológica, física y hasta económica; porque yo siempre tuve trabajo y él no ha querido ayudarme con mi hijo. Una vez, hasta me chocó mi propio carro", reflexiona Sofía.Agrega que se llevaba al hijo de ambos con la excusa de divertirse juntos; pero en realidad lo dejaba "depositado" en otros lugares para poder irse de parranda a consumir alcohol.Las cosas cambiaron en diciembre pasado, cuando el futbolista, también de 25 años, fue hospitalizado.En esa ocasión, según Sofía, fue ella, con sus padres, la que se encargó de estar pendiente del futbolista.Luego de abandonar el hospital, él siguió comportándose agresivo. Entonces fue cuando decidió que lo mejor era separarse.Así estaban las cosas cuando en junio pasado detectó que el hijo de ambos padece de trastorno autista: "Yo sabía muy poco sobre eso. Me asusté mucho y aún no lo supero. Me pone muy triste saber que mi hijo sufre con eso", señala Sofía.Cuenta que el niño, de tres años de edad, se golpea seguido la cabeza con las manos cuando escucha ruidos estridentes o vive emociones estresantes.El proceso para detectar el autismo del niño fue lento y costoso. Se trata de visitas a neurólogos y terapeutas. Se trata, también, de un gasto económico para la joven madre."Al enterarme que mi hijo tenía ese padecimiento decidí ir a buscarlo a la casa de sus padres...

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