La agricultura familiar y el desarrollo rural sostenible en América Latina y el Caribe

Luiz Carlos Beduschi Filho

Oficial de Políticas de la Oficina Regional de la FAO/ONU para América Latina y el Caribe

Durante las últimas décadas, América Latina y el Caribe han tenido un progreso importante en la reducción del hambre y la pobreza rural. Sin embargo, casi la mitad de la población rural sigue siendo pobre y un tercio vive en pobreza extrema. La mayor parte de los habitantes rurales tiene en la agricultura su principal medio de vida, trabajando generalmente a pequeña escala y con base en la mano de obra familiar.

La agricultura familiar es un sector clave para garantizar la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza en nuestra región. Estimular el potencial productivo de la agricultura familiar y dinamizar los territorios rurales es fundamental para el desarrollo sostenible.

La FAO, por encargo de los gobiernos de la región, ha asumido este desafío como una prioridad.

Para hacer frente a este reto, la FAO promueve acciones para mejorar el acceso de los/las agricultores/as familiares a activos (tierra, el agua, energía), a servicios rurales financieros (créditos, ahorros, seguros) y no financieros (asistencia técnica, innovación, conocimiento), desde un enfoque de derechos y con un abordaje territorial que considera la complejidad de relaciones sociales, económicas, ambientales, políticas y culturales que caracterizan las dinámicas rurales.

Se reconoce que ha habido muchos avances en la región en esta materia. Los gobiernos están mejor preparados para apoyar el desarrollo rural sostenible, con políticas, programas y marcos legales que estimulan la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones rurales.

Un ejemplo de ello son los programas de compras públicas de la agricultura familiar, hoy una realidad en varios países de la región. Son programas muy exitosos, especialmente cuando se vinculan a la alimentación escolar: ofrecen un horizonte de estabilidad para los agricultores, aumentan la disponibilidad de alimentos frescos, sanos y nutritivos en las comunidades, estimulan a que los niños tengan una alimentación diversificada y adecuada culturalmente, además de dinamizar las economías territoriales.

Sin embargo, aún hay mucho que hacer.

Un desafío importante es la intensificación sostenible de la producción de la agricultura familiar. Para hacer frente a la creciente demanda por alimentos es crucial ampliar la producción haciendo un mejor uso de los recursos naturales...

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