Agroecología previno el hambre en familias de Santo Tomás

Karla AlfaroA 14 kilómetros de San Salvador, un grupo de mujeres lidera la producción de alimentos para sus hogares y comunidad, a través de la agroecología, con la cual no solo es posible prevenir el hambre, sino también comer más saludablemente.Eso demuestran Apolinaria, Rosa y María Lilian, del cantón Caña Brava, en el municipio de Santo Tomás, a quienes, además de unirlas un lazo familiar, las unen las ganas de animar a sus vecinos y desconocidos a que produzcan sus propios alimentos, para enfrentar la crisis económica y las alzas en los precios de los alimentos.Apolinaria afirma que empezó a aprender sobre la agroecología hace cuatro años y ha encontrado en ella una forma de sostener a su familia. "Mi esposo, desde la pandemia, ya no trabajó porque ya tiene 68 años. Él me ayuda a cambiar las plantas de un lado para otro y así vamos pasando y ya sacamos para las tortillas, compramos la leña y el maíz, las echamos y las guardamos", dice.Según el informe Panorama Regional de Seguridad Alimentaria Nutricional 2021, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el covid-19 trajo más hambre al mundo y El Salvador no se libró de eso.El reporte detalla que la inseguridad alimentaria moderada o grave pasó en el país de 42.2 % en el período 2017-2019 a 47.1 % en 2018-2020, 4.9 puntos más, lo que implica que el último periodo, 3 millones de salvadoreños no tuvieron un "acceso regular a suficientes alimentos nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales, que puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de recursos para obtenerlos".Pero ni la pandemia, ni los altos precios han provocado que estas mujeres dejen de comer, según explican."Aquí hay una compañera que me dice: 'deme $1 de tomate y le voy a dar $1 de pan'. Por ejemplo, mi nuera está aparte, yo le he dado para que siembre y ya empezó también como ha visto que es bonito. Y ella me da y yo le doy", comenta Apolinaria, de 58 años de edad."Yo ya no voy al mercado, yo paso vendiendo de casa en casa. Salgo una vez al mes, a veces llevo una ruda, apio, zacate de limón, romero o tomillo y plantas. También hago los manojitos de olores, la gente ya sabe", agrega la pequeña productora.Yuca, chilipucas, güisquiles, ayote, espinaca, zanahoria y mora, forman parte de la gran variedad de productos que son cultivados por estas mujeres y vendidos a bajos precios en la comunidad, porque "la idea es ayudar a que se ahorre" unos $0.05 o...

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