ÁLBUM DE LIBÉLULAS (218 )

Historias1783. MEMORIA DE DOMINGOCuando llegaron a ver el sepulcro recién ocupado la sorpresa fue mayúscula al constatar que se hallaba vacío. Se quedaron silenciosos, buscando respuestas, y la que surgió unánimemente era una frase con aliento intemporal: "El cuerpo convertido en ráfaga se escapó sin dejar huella". Y aquella frase tuvo el inmediato efecto de una orden, porque los presentes salieron de inmediato a recorrer los entornos, para ver si el aire les daba alguna pista. Así llegaron a aquel claro del bosque más próximo. Ahí otro alzó la voz: "Él está aquí. ¿Lo sienten?" Todos, de distintas formas, dijeron que sí. Y entonces fue unánime la exclamación: "¡Ha resucitado para ya no dejarnos jamás!..."1784. CUANDO GIRA EL VITRALEn el primer momento, los rostros de los presentes permanecieron impasibles, como si nada extraño estuviera pasando. El lugar, aunque muy concurrido, siempre se mantenía tranquilo, porque los habituales eran siempre los mismos: muchos hombres y algunas mujeres de la tercera edad, que iban ahí a distenderse un rato. Pero esta vez pasaba algo que no era común: había llegado un grupo de adolescentes que se estaban de seguro estrenando en las bebidas mayores. De pronto, cambiaron los papeles: los jóvenes se quedaron quietos y los mayores saltaron de sus asientos cuando se encendió la música pop. Alguien gritó: "¡Viva el cruce de caminos!"1785. LA OTRA CARAVANALa gente fluía por el camino pétreo con lentitud ceremonial. A diario se daba aquella concentración en movimiento, porque los habitantes de los entornos confluían hacia los centros de trabajo que se apiñaban en el corazón urbano. Aquel día, sin embargo, un pálpito diferente se movía entre los transeúntes. Uno de ellos hizo de pronto un gesto para que todos se detuvieran, y fue como si se diera una orden superior. No hubo palabras, pero la señal era inequívoca. Había que seguir, sabiendo que el destino estaba muy próximo. Todos lo sintieron, y ese justo instante el aire se animó como si los abrazara. El Señor hallaba cerca, en algún rincón de los alrededores.1786. EN EL JARDIN MÁS PRÓXIMO"Te quiero regalar la flor más bella que encuentre", le dijo él, acercándosele hasta sentir su aliento cálido y aromado. Ella pareció no escuchar aquel ofrecimiento, quizás porque ya sabía que él era prometedor por naturaleza. Como era hora de volver a las respectivas aulas, se despidieron con una sonrisa y se fueron por su lado. Al día siguiente él apareció con una rosa...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR