Estamos aproximándonos a las vísperas de los nuevos comicios, que serán generales y sin duda muy determinantes del inmediato futuro

David Escobar GalindoColumnista de LA PRENSA GRÁFICAEn nuestros días, sentimos que el tiempo vuela aleteando sobre nuestras cabezas, y tal sensación nos está cambiando constantemente las percepciones sobre todos los aspectos del calendario, dándole al hoy connotaciones sin precedentes. Ya no tenemos posibilidad de quedarnos impávidos frente a lo que pasa, como con tanta frecuencia hacíamos en el pasado, y ahora más bien nos hallamos cada vez más comprometidos -nos guste o no- con los movimientos de la evolución, que por momentos son trepidantes y a ratos son sigilosos, pero nunca se están quietos. En tal sentido, lo que está y lo que viene se entrelazan a cada instante, sin dejarnos posibilidad de que giremos la vista hacia otro lado. Y hoy, casi en la mitad de 2022, tenemos ya los ojos puestos en lo que políticamente puede ocurrir de aquí al 1 de junio de 2024, cuando el nuevo período presidencial emprenda camino.Todo apunta a que el Presidente Bukele será de nuevo el líder en el período que dará inicio en esa fecha, después de todos los reacomodos que se avecinan para abrir la brecha constitucional; y esto último requerirá, evidentemente, de readecuaciones y de tiempo, lo cual hará que los meses que ya se avecinan sean propicios a los forcejeos y vengan cargados de polémicas aún más densas que las que proliferan en el ambiente. No es de extrañar, entonces, que las tensiones estén a la orden del día, haciendo que la atmósfera nacional siga estando sobrecargada y amenazante. Pero hay que llegar a la debida conclusión de que eso es consecuencia directa del proceso en el que estamos inmersos, de manera muy original si nos comparamos con lo que pasa en otros países de los entornos. De ahí hay que partir para hacer las valoraciones correspondientes.En nuestro país, como en cualquier otro lugar del mapamundi, ahora hay que pensar y actuar con voluntad de horizonte, porque los enclaustramientos pasados ya no sólo no funcionan sino que distorsionan todo ejercicio de realidad. Nos toca adaptarnos a las líneas de los tiempos, con espíritu crítico y con decisión transformadora. Como hemos dicho tantas veces, las viejas fórmulas ideológicas ya no sirven para nada, y es nuestro deber pragmático hacerlo valer en el día a día. Nosotros, los salvadoreños, que nos encontramos de nuevo ante decisiones políticas de alto impacto, debemos tener las mentes abiertas y las voluntades preparadas, porque no perdamos de vista que hoy lo que hagamos y dejemos de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR