El Bicentenario de la Batalla de Carabobo, los dinosaurios y las alitas de pollo

Miguel Henrique OteroTwitter: @miguelhoteroHe visto un video en el que Rafael Lacava, gobernador del estado Carabobo, acompañado de un alcalde, presenta un lugar, próximo a ser inaugurado, que llevará el nombre de Mamut Café. Es una ampliación de Draculandia, el parque temático construido en los espacios del Parque Recreacional Sur -en la ciudad de Valencia-, que invoca al hombre-vampiro, al chupa sangre creado por el escritor irlandés Bran Stoker, probablemente su peculiar manera de homenajear a Hugo Chávez y al chavismo: alianza de bebedores de sangre, pandillas que existen para vivir de las energías, el trabajo y los bienes de los demás.Lo que Lacava muestra con ínfulas es, a la vez, grotesco, patético y vergonzante: un régimen que invierte en un parque temático, cuando las necesidades de las familias, cuando las realidades sociales y económicas, cada día de forma más pronunciada, son de hambre sistémica y pérdida de peso; propagación de enfermedades y crecimiento de todos los indicadores de morbilidad; destrucción del tejido productivo y de las fuentes de empleo; colapso generalizado de los servicios públicos, incluyendo el fundamental de los servicios hospitalarios y de salud.Es contra el telón de fondo de un país en ruinas; de personas y familias hambrientas y sin protección alguna del Estado; de tasas de deserción escolar que se agravan a diario; de continuas muertes porque no existen un sistema de salud ni de seguridad social, que el régimen enciende luces, pone en movimiento efectos especiales y se ufana de las deformes reproducciones de los dinosaurios distribuidas en su Mamut Café.Dice el mismo presentador -Lacava es más un presentador de pobres teleshows que gobernante- que Mamut Café, en una frase corta y rápida, tendrá una zona VIP, lo que equivale a decir que tendrá un lugar para el disfrute de los clanes familiares que controlan el poder en Venezuela: una zona para los Maduro, los Flores, los Rodríguez, los Cabello, los Arreaza, los Amoroso, los Saab y, por supuesto, para los Lacava y sus amigos.Esta política circense que se materializa en el Mamut Café, en Draculandia y en el proyecto de convertir las plazas de Carabobo en sucursales del esperpento ("plazas tipo Drácula"), habla de la creciente degradación del régimen. Pone en evidencia que la relación entre el poder y los bienes de la nación -como el Parque Recreacional Sur, fundado hace medio siglo, durante el primer gobierno de Rafael Caldera- es de apropiación...

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