Capricho o justicia

Roberto Montoya ArgüelloColaborador de LA PRENSA GRÁFICATengo que ver las situaciones desde diversas posiciones: como persona, como médico y como dirigente de una prestigiosa gremial como es el Colegio Médico de El Salvador. Un individuo es congruente cuando su pensamiento, su sentimiento y su actuación coinciden y son unánimes. Es esto lo que vivo a cada minuto de mi vida y siempre he reclamado que las cosas tengan una sola cara.El día 20 de mayo del corriente año se produjo una tragedia durante una avalancha en el Estadio Cuscatlán de San Salvador, multi causal y era evitable si cada una de esas causas se enfoca adecuada y obviamente con anticipación para plantear una estrategia que evitara tales sucesos. Como ciudadano salvadoreño y como médico siento dolor por las vidas que se perdieron y transmito mi pesar y solidaridad a los familiares y amigos de los fallecidos como también a quienes sufrieron lesiones en el mismo suceso. De tales acontecimientos se han derivado daños colaterales tratando de cubrir las falencias y responsabilidades con acusaciones a tres miembros del gremio médico salvadoreño, haciendo creer a la población que expresiones de cansancio lesionaban a las víctimas de la tragedia.Expresiones similares las hemos tenido todos en el desarrollo de nuestras carreras y me permitiré apuntar unos ejemplos: señores de empresas de atención prehospitalaria (socorristas, camilleros, motoristas de ambulancias o bomberos en su caso) que en una noche de lluvia torrencial se les solicita atender un percance vial o un derrumbe en la carretera de Los Chorros, salen a cumplir con su deber pero probablemente pensaron o...

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