En la Cárcel

José Miguel Fortín MagañaMédico psiquiatraEste día, más que una columna propia, he querido compartir con ustedes el pensamiento atemporal, del poeta Ismael Cerna, contra cualquier dictador y sus desmanes de Poder....¿Y qué? Ya ves que ni moverme puedoy aún puedo desafiar tu orgullo vano.¡A mí no logras infundirme miedocon tus iras imbéciles, tirano!Soy joven, fuerte soy, soy inocentey ni el suplicio ni la lucha esquivo;me ha dado Dios un alma independiente,pecho viril y pensamiento altivo.Que tiemblen ante ti los que han nacidopara vivir de infamia y servidumbre,los que nunca en su espíritu han sentidoningún rayo de luz que los alumbre;Los que al infame yugo acostumbradoscobardemente tu piedad imploran;los que no temen verse deshonradosporque hasta el nombre del honor ignoran.Yo llevo entre mi espíritu encendidala hermosa luz del entusiasmo ardiente;amo la libertad más que la viday no nací para doblar la frente.Por eso estoy aquí do altivo y fuertetu fallo espero con serena calma;porque si puedes decretar mi muerte,nunca podrás envilecerme el alma.¡Hiere! Yo tengo en la prisión impíala honradez de mi nombre por consuelo.¿Qué me importa no ver la luz del díasi tengo en mi conciencia la del cielo?¿Qué importa que entre muros y cerrojosla luz del sol, la libertad me vedes,si ven celeste claridad mis ojos,si hay algo en mí que encadenar no puedes?Sí, hay algo en mí más fuerte que tu yugo,algo que sabe despreciar tus irasy que no puedes sujetar, verdugo,al terror que a los débiles inspiras.¡Hiere...! Bajo tu látigo implacable,débil acaso ante el dolor impío,podrá flaquear el cuerpo miserable,pero jamás el pensamiento mío.Más fuerte se alzará, más arrogantemostrará al golpe del dolor sus galas:el pensamiento es águila triunfantecuando sacude el huracán sus alas.Nada me importas tú, furia impotente,víctima del placer, señor de un día;si todos ante ti doblan la frenteyo siento orgullo en levantar la mía.Y te apellidas liberal, ¡bandido!tú que a las fieras en crueldad igualas,tú que a la juventud has corrompidocon tu aliento de víbora que...

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