'Cargamos una cicatriz histórica y un trauma grandísimo del que no se habla'

Por Laura JordánLa Fundación Mauricio Aquino nació en 2013 por la necesidad que tenía la diáspora salvadoreña establecida en los Estados Unidos de encontrar a sus familiares víctimas de la desaparición forzada durante la guerra civil en El Salvador y desde hace algún tiempo lidera la campaña "Los huesos de nuestros padres", que ha acogido a más de cien salvadoreños en esta lucha.Rossana Pérez, miembro de la Fundación, narra cómo la esperanza sigue intacta, pese a que muchas veces no han sido escuchados. Ella migró en 1983, pero no por decisión propia, sino obligada por el conflicto armado durante los años 80, en el que perdió a algunos de sus familiares.Rossana era estudiante de filosofía de la Universidad de El Salvador y dejó sus estudios iniciados en el país porque tuvo miedo de morir. Asegura que la diáspora mantiene la cicatriz abierta de un proceso que no ha querido ser cerrado con reparación y justicia por los Gobiernos salvadoreños, incluso por el actual, pese a las promesas que les hicieron.Es una iniciativa que toman los hijos de los desaparecidos forzados durante el periodo de guerra. La idea del trabajo de la Fundación Mauricio Aquino es poder abrir espacios para los familiares de desaparecidos y poder conectarnos con las organizaciones de derechos humanos y desaparecidos que han trabajado en El Salvador desde que la guerra se dio.Es un trabajo transnacional, que trabaja en diferentes estados donde hay salvadoreños. Es un espacio en el que tratamos de apoyar a los familiares en Estados Unidos y trabajar con las organizaciones de derechos humanos en El Salvador.Recogimos más de 10,000 nombres. Primero hicimos una campaña que se llamaba "En nombre de la rosa", eso fue en 1990. De ahí para acá tenemos mucha más gente que se ha unido a la causa.No se ha resuelto ningún caso. Se han llevado varios a investigación, pero no se tiene ninguno resuelto. Es bastante difícil porque con el cambio de leyes, la Asamblea Legislativa y los jueces que cambian no hay una consistencia.En estas cuestiones legales todo toma un tiempo, pero este se duplica o se triplica. Es una dificultad. Al final de cuentas nadie se hace cargo. Es difícil decir esto es lo que está pasando y en este punto del proceso nos encontramos. Todo se mueve muy despacio.Nosotros, desde antes que el presidente Bukele llegara a la presidencia, cuando ya había sido elegido, le enviamos una correspondencia para trabajar de la mano, pero hasta el momento no hemos recibido ninguna...

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