El celular, el caballo de Troya de la humanidad

Ricardo Bracamontelrbracamonte@hotmail.comMi suegro y compadre, don Manuel Rodríguez, telegrafista de toda la vida, reflexionaba: ¿cómo es posible que las palabras no se choquen en el aire o se confundan entre sí cuando cientos o miles de parejas están hablando al mismo tiempo? Su punto de referencia era la telefonía de cables subterráneos o aéreos que trasladaban a miles de kilómetros los impulsos de la clave Morse. Los celulares siempre fueron para él un enigma que aún nosotros no desciframos, aunque los usemos diariamente.De esto hace ya unos 25 años, justamente cuando la revolución 4.0 surgía abanderada de un nuevo estandarte: igualar al ser humano o superarlo."Debemos fortalecer lo humano", dicen tímidamente los filósofos y pedagogos de la época; pero sin una respuesta contundente ante la avalancha de la tecnología creada por el mismo ser humano.La revolución 4.0 crea sistemas que imitan el pensamiento humano: complejas redes de neuronas artificiales que automatizan procesos de pensamiento humano como tomar decisiones, resolver problemas e, incluso, aprender; o imitan acciones del comportamiento humano como en el caso de la robótica.Si en aquel entonces, las máquinas apoyaban al hombre; ahora aquellas lo sustituyen y, si hay resistencia, lo destruyen.La imperfección humana está cobrando su precio. La sustitución de los humanos por nuevos sujetos altamente perfectos que no reclaman viáticos ni hacen huelgas es una realidad.Tenía razón mi suegro de sorprenderse ante aquel aparentemente inofensivo, sofisticado y simpático aparatito capaz de transmitir señales inalámbricas y de transportar y transportarnos a un mundo inimaginable de información... era la primera señal de que algo trascendental venía para la...

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