La ciudadanía tiene que hacer causa común consigo misma para que todos sus movimientos se articulen en unidad armoniosa

David Escobar Galindodegalindo@laprensagrafica.comCada cierto tiempo, y con puntualidad marcada por las circunstancias que se suceden de manera constante, los integrantes del cuerpo social tenemos que hacer algo así como un corte de caja de nuestras realidades disponibles, con el propósito de conocer con la mayor precisión que se pueda lo que falta por hacer en los distintos planos de la cotidianidad compartida. Como es patente cada día con más elocuencia factual, el sujeto que gana mayor presencia identificable y viva en el escenario de los aconteceres nacionales es la ciudadanía. Se está dando entonces un giro de alta significación en lo que al actuar colectivo se refiere, y esto responde sin ninguna duda al movimiento de los tiempos, aquí y en todas partes. No se trata de un impulso dirigido por intereses cupulares de cualquier índole: es la energía creadora del fenómeno evolutivo la que mueve las piezas y ordena los impulsos.A lo largo del tiempo, los salvadoreños hemos sido sistemáticamente descuidados frente a nuestra propia dinámica evolutiva. Esto lo hemos señalado en forma reiterada, porque en ese hecho tan notorio se grafica una de las principales incoherencias de nuestro comportamiento nacional. Frente a situaciones muy concretas, actuamos con valor y con determinación, como ocurrió durante la guerra y en el esfuerzo por finalizarla por la vía política, pero lo que ha faltado siempre es la disposición a anticipar sucesos a partir de señales preexistentes. El ejemplo más reciente de ello lo tenemos en las elecciones presidenciales que se dieron hace menos de dos meses, y de cara a las cuales los dos partidos que venían siendo los más fuertes no supieron leer los mensajes de la realidad, desconocieron las encuestas y tuvieron un despertar traumático.Pero no sólo los partidos -tradicionales y emergentes- deben disponerse a recibir, a asimilar y a procesar señales: también la ciudadanía debe hacerlo, porque ella no es la única fuente de mensajes habilitadores y rehabilitadores. La dinámica del tiempo le va indicando a la sociedad cómo reaccionar y cómo comportarse para poder ir dándole insumos a una normalidad que está todavía muy lejos de ser la deseada. Lo que menos puede funcionar en esta dimensión temporal de nuestro desenvolvimiento tanto psicopolítico como socioeconómico es el mecanicismo no planificable. Justamente lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR