Se dice y suena fácil, pero no, señor presidente, no son solo 15 días

Nery GranadosColaborador de LA PRENSA GRÁFICADespués del anuncio del endurecimiento de la cuarentena el pasado 7 de mayo, la comunicación gubernamental buscó minimizar lo que hemos y seguiremos sacrificando como salvadoreños, y lo gravoso que son estas nuevas medidas con la frase "son solo 15 días", eso se dice y suena fácil, pero la realidad es otra muy distinta.Desde las primeras medidas adoptadas a inicios de marzo, las cuales parecían estar basadas en una sed de popularidad y reconocimiento, y no en criterios técnicos o científicos, las cuales a juicio de muchos expertos se implementaron con demasiada anticipación, como sociedad empezamos a sacrificar muchas cosas, que han impactado a unos más que otros.Quienes llegaron antes del cierre de fronteras fueron sometidos a centros de contención, donde la regla que imperó, y que parece seguir imperando, fue la improvisación; muchos de ellos pasaron días en condiciones que dejaban mucho que desear, en hacinamiento y en condiciones insalubres, sin tener acceso a pruebas o a ser informados sobre el resultado, incluso muchos se contagiaron allí, y lamentablemente para algunos esa estadía culminó en su fallecimiento. A esta fecha muchos ya cumplieron el tiempo de cuarentena y siguen sin saber cuándo será su regreso a casa.Aquellos que no pudieron regresar antes del cierre, y que siguen sin poder regresar, los autodenominados Varados, llevan cerca de 2 meses lejos de su casa, de sus familias, con recursos limitados en una tierra extraña, sin la certeza de cuándo podrán regresar, y es que, a pesar de todas las resoluciones de la Sala de lo Constitucional, parece que el Gobierno decidió abandonarlos a su suerte, a la espera que todo pase, con la incógnita...