Sin dos dedos de Frente

Florent ZemmoucheColaborador de LA PRENSA GRÁFICA¿Será que observando a nuestro vecino el fin de semana pasado vimos nuestro futuro? ¿La tragicomedia nicaragüense en sus elecciones supuestamente democráticas ha sido una muestra de lo que nos espera? Ojalá que no. Aunque estamos bien metidos ya, y a altísima velocidad, en aquella carretera descendente y peligrosa de la que no se vuelve. Al menos, no ilesos.Eso es lo que todas las mentes despiertas han visto en el terrible reflejo que nos ha mostrado Nicaragua. Es lo que debería haber visto también una oposición digna de ese nombre, papel al que aspira el FMLN que no ha encontrado nada mejor que hacer que felicitar al Frente sandinista por las elecciones. ¿Hay algún piloto en ese barco? Pues ya no es una deriva; se está ya hundiendo cada vez más. Enclaustrado en el pasado y en intereses dudosos, el Frente no puede ridiculizarse más. No se puede retar así la paradoja y ni hablar de intentar asumirla: no se puede condenar a Bukele y aplaudir a Ortega, hablar de dictadura en El Salvador y de democracia en Nicaragua. Una mínima idea de coherencia supondría u oponerse a los dos, o apoyar a los dos. Su papel y falta de credibilidad actual en la población no necesita eso.Sin embargo, esa paradoja que nos esgrime muy naturalmente el Frente es interesante. Interesante en la medida en que nos ofrece un sabroso paralelismo con la actitud de Bukele que condena fuerte y abiertamente a Ortega y Murillo cuando aprovecha esa sombra imponente en la región para esconderse, seguirla de cerca y, por qué no, sobrepasarla. Edwin Segura ha percibido y muy bien expresado esa contradicción de Bukele y del FMLN entre lo que dicen sobre un país extranjero y lo que hacen en el territorio nacional, con este...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR