Dos veces capturada durante el régimen de excepción

Javier Urbina/Marielos RománEran las 4 de la tarde del 20 de abril de 2022 cuando Rosa Mejía fue puesta en libertad, luego de permanecer más de 15 días detenida en el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas para Mujeres, en el municipio de Ilopango.Fue capturada junto a otras personas el 5 de abril en su casa en una zona rural de Concepción de Ataco, en Ahuachapán. La Fiscalía la acusó por el delito de agrupaciones ilícitas; nueve días antes había sido aprobado el decreto que validaba el régimen de excepción por 30 días.Rosa enfrentó la audiencia de imposición de medidas el 18 de abril. En esa ocasión el juez Especializado de Instrucción A2 de Santa Ana le decretó medidas alternas a la detención y ordenó que fuera puesta en libertad inmediatamente.Dos días después, los familiares de María llegaron con la carta de libertad a recogerla a Cárcel de Mujeres.Sus hijos ya habían observado que una patrulla estaba parqueada afuera del centro penitenciario, pero no le tomaron mayor importancia.Los familiares de Rosa contrataron un vehículo para que los trasladara hacia el municipio occidental. A pesar de que fueron contactados de Trabajo Social de la penitenciaría para que llegaran en horas de la mañana, ella fue puesta en libertad hasta en horas de la tarde.Sus hijos habían esperado pacientemente desde las 7:00 de la mañana. Ellos presentaron la carta de libertad otorgada a favor de Rosa y la espera terminó. Ella salió de esa prisión junto a su familia, pero solo pudieron contemplarse ocho minutos. Habían avanzado apenas unos 500 metros cuando un grupo de agentes policiales los abordaron e interceptaron."Notamos que una patrulla nos iba siguiendo, nos hicimos a la orilla y nos bajaron a todos, nos amenazaron, nos ultrajaron, nos apuntaban con las armas, y dijeron que se llevarían a mi mamá, no les importó la decisión del juez, ni nada", narró uno de los nueve hijos que tuvo Rosa, quien pidió reserva de identidad por temor a represalias."La vamos a volver a detener porque hay que seguir investigando", mencionó un agente policial. Mientras tanto, todos estaban asombrados con las palabras del policía.La reacción de Rosa y de sus hijos fue de desesperación y negación. Pensaron que era una broma o que los agentes solo querían intimidarlos. Pero lo que había sido un sueño para la familia Mejía en cuestión de minutos se convirtió en pesadilla."Fueron escasos ocho minutos los que disfrutamos de ver a nuestra madre en libertad. Todos estábamos felices...

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