¿Felicidad dirigiendo el Home Office y la familia desde la cama?

Kalena de VeladoCinco recomendaciones para lograrla.Son las 7 de la mañana y la tele cita está iniciando con algún proveedor o colaborador con quien hay que intercambiar información relativa a dar un mejor servicio al cliente en medio del encierro y de la economía en proceso de apertura, ya sea en el propio país o atravesando digitalmente el otro lado del mundo... Mientras tanto, hay que organizar los horarios de actividades de vacaciones de los niños en sintonía con sus responsabilidades del cuidado del hogar (adecuados a la edad), para empoderarles a ser corresponsables del bienestar de la familia. Toda esta coordinación entre Home Office y vida familiar muchas veces sorprende a la gente trabajando en la cama, porque el cambio radical a raíz de la pandemia del covid-19 está transformando la forma de hacer las cosas laborales y de relaciones personales para siempre...Con tanto cambio e incertidumbre, ¿es posible plantearse ser feliz en medio del dolor y sufrimiento por la pérdida o enfermedad de un ser querido, con el temor agregado de no saber si se va sacar adelante el negocio o el empleo propio?No pretendo ni intento dar una respuesta...solo motivar una reflexión....ya que las penas y pérdidas acompañan a la humanidad desde Adá2n y Eva....por lo que desear que no haya problemas para decidirse a ser feliz no es muy sensato. La felicidad es difícil de definir pero tiene un gran componente de libertad de elegir serlo, a pesar de las adversidades.Para escoger más libremente se necesita tener conocimientos, en este caso sobre definiciones del concepto de felicidad para orientar nuestra libertad hacia ella. Por ejemplo, el Dr. Enrique Rojas, catedrático español de siquiatría, hace un recorrido histórico sobre las diferentes descripciones que los grandes pensadores han hecho: "La felicidad consiste en hacer algo que merezca la pena con la propia vida, algo grande, pero cada uno dentro de sus posibilidades y puntos de partida. Y con los pies en la tierra. Para Sócrates la felicidad estaba en conocerse a sí mismo. Para Platón, en el amor. Para Aristóteles, en la búsqueda de la verdad. Para Epicuro, en el vivir bien, en el placer. Séneca, en el siglo I de nuestra era, la ve en la práctica de la virtud. Los eclécticos pensaban que la felicidad consistía en un sumatorio de cosas y hechos. Durante el siglo XX la bibliografía sobre este tema proliferó de forma exponencial. De hecho, algunos psicólogos empíricos la han medido, según diferentes escalas...

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