Frankenstein cuscatleco

José Afanejafane@me.comVíctor Frankenstein, novela de ficción de Mary Shelley, nos platica de un científico suizo que se propuso juntar partes de diferentes cadáveres, con el fin de configurar la criatura más alta que haya existido. Frankenstein, su monstruoso experimento, fue símbolo de orfandad, desubicación, tornillos flojos y carencia de sentido e inteligencia. Un monstruo, de 2.40 metros, sin instintos ni obediencia.En la actualidad, los salvadoreños sufrimos por nuestro Frankenstein cuscatleco: El terror de nuestros políticos. Toditos: Los del gobierno saliente, los del entrante, ARENA & Compañía, los partidos de siempre, parecen estar configurados por varios "trozos" de terror, formando un monstruo sin rumbo, sin cabeza, sin sentido, sin inteligencia.Sufrimos las consecuencias de un gobierno saliente, totalmente inepto; un entrante incierto, repleto de confrontación y cero concentración en tanta tarea que requiere nuestra Nación. Una oposición dividida y a la deriva, jalando agua para su propio molino. ¡Un Frankenstein más peligroso que el de la imaginación de Mary Shelley!El Frankenstein de Shelley quería comunicarse, ser reconocido, aportar a la sociedad; completamente frustrado pues su deformidad física, moral e intelectual se lo impedían, porque su tamaño y su voz de ultratumba provocaban pánico al caminar.El Frankenstein cuscatleco no quiere comunicarse, no quiere presentar plan de trabajo, ni puede aportar soluciones a la sociedad. Los ciudadanos estamos completamente frustrados por semejante nido de víboras, y porque tanta pendejada, y ausencia de rumbo, nos provoca indignación.Indignación en la asamblea legislativa, por los disparates diarios de los diputados en busca de ser reconocidos. Indignación por tantos cantos incendiarios de nuestro futuro presidente. Indignación por un gobierno saliente gastando sin límites, y dejándonos un país quebrado y con un gran huevo de nuevos sindicatos y contratos extendidos para muchos aliados públicos.En medio de este terrorífico abismo Frankensteinesco, el pueblo sin seguridad, sin adecuada salud, ni tampoco...