¿Guerras climáticas?

Bjorn Lomborgnicolas@lomborg.com¿Es el calentamiento global culpable de conflictos armados como la Guerra de Siria? Muchos activistas climáticos e incluso candidatos demócratas a la presidencia de los Estados Unidos, como Bernie Sanders y Pete Buttigieg, piensan que sí. El senador Sanders, uno de los principales candidatos en la carrera para desafiar al presidente Trump en noviembre, ha afirmado durante mucho tiempo que "el cambio climático está directamente relacionado con el crecimiento del terrorismo". Advierte que "el cambio climático es una de las mayores amenazas para la seguridad global. A medida que aumentan las sequías y las personas más pobres no pueden cultivar los alimentos que necesitan, se producen migraciones de millones de personas en todo el mundo".Este es un ejemplo de uso turbulento del juego del "teléfono estropeado" que hoy protagonizan las políticas climáticas. Los científicos escriben un artículo de investigación lleno de matices. Sus hallazgos se distorsionan en aras de compartir con el público una narrativa bruta, sin esos matices. Luego, un político aprovecha los medios para retorcer la historia todavía más.Para defender el vínculo entre el terrorismo y el calentamiento global, Sanders se apoyó en una noticia con un titular provocativo: "El cambio climático aumentará el riesgo de conflictos violentos, advierten los investigadores".Pero ese diario apenas ofrece pruebas convincentes de que el terrorismo es más intenso hoy gracias al calentamiento global. Los autores analizaron 16 factores diferentes que aumentan el riesgo de conflictos. Cuando ordenaron esa lista en términos de influencia, el clima ocupó el puesto 14, detrás de factores más importantes como el desarrollo deficiente, la presión demográfica y la corrupción. Mientras se escriben, "otros factores, como el bajo desarrollo socioeconómico y las escasas capacidades del Estado, se consideran sustancialmente más influyentes, y la lógica de los vínculos clima-conflictos sigue siendo una incertidumbre".En el caso de Siria, la idea de culpar al pequeño e incierto papel que ha desempeñado el calentamiento global en la desertificación hasta la fecha es, francamente, cuestionable, en comparación con el historial de mala gestión del agua en Siria, una población que se triplicó en 35 años agregando presión sobre sus recursos y los efectos de décadas de política...

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