Hacer historia

Federico Hernández AguilarEscritor y columnista de LA PRENSA GRÁFICACumplido el primer año de la legislatura más deplorable que hemos padecido desde la firma de los Acuerdos de Paz, resulta paradójico que todavía un 72 % de salvadoreños, según la más reciente medición de LPG Datos, apruebe las acciones de la mayoría oficialista. Sin duda el aparato propagandístico de Nuevas Ideas es poderoso y su fuerza manipuladora no tiene precedentes en nuestra historia; pero el aplauso popular que aún favorece a los diputados de Bukele, siendo lo impresentables que son, necesita una explicación más profunda.Comencemos admitiendo, no sin vergüenza, el formidable desconocimiento de la población en torno a los procesos democráticos. De ello ofrece evidencia LPG Datos cuando pide a los encuestados el nombre de una ley positiva aprobada por los diputados y un 45 % de ellos no responde. Si sumamos este resultado con el 27 % que calificó al actual Régimen de Excepción como algo "positivo", la conclusión es obvia: la gente parece estar dispuesta a sacrificar muchas cosas, incluso sus libertades, en nombre de una falsa sensación de efectividad política.Ser "efectivo" en política, a ojos de este segmento, es equivalente a hacer lo que la administración Bukele hace a la perfección, es decir, publicidad. Nunca fue necesario aprobar una ley de excepción para combatir la delincuencia organizada, pero la gente se ha creído entero el cuento de la relación inequívoca entre una cosa y otra. El manejo de la pandemia fue una mezcla de cálculos políticos y burda propaganda, pero muchos ciudadanos lo percibieron como un éxito sanitario de repercusión mundial. Y así podríamos ir encadenando ejemplos hasta el final de esta columna.La realidad del país, como sabemos, es infinitamente distinta de la que exhibe la maquinaria publicitaria de Bukele. La Asamblea 2021-2024 ha sido cómplice del peor atentado hecho a nuestra democracia en...