Los hombres y las bestias

Florent ZemmoucheColaborador de LA PRENSA GRÁFICAHace 33 años, el ejército salvadoreño mataba a los jesuitas de la UCA con su empleada y su hija. Cinco españoles. Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno. Y tres salvadoreños. Joaquín López, Elba Ramos y su hija Celina."La puerta estaba abierta y el lugar parecía un campo de batalla por dentro, con restos de casquillos de bala por el suelo", cuentan las primeras páginas de Noviembre, la novela de Jorge Galán que hay que leer y no dejar de releer. "Subió las gradas que llevaban del centro a la casa de los jesuitas. Pronto pudo ver los cuerpos de los sacerdotes [...]. Vio un rastro de sangre que iba desde el jardín hacia el interior de la casa. Sintió una sombra detrás, una sombra tan real como el dolor. Él no había ido a buscar a los sacerdotes, estaba allí por su mujer y su hija que vivían en la misma casa". Descubrimos así por primera vez la escena a través de los ojos de otra víctima, el esposo de Elba, el papá de la pequeña Celina.Eso fue la madrugada del 16 de noviembre de 1989. Y si hay que contar y volver a contarlo cada mes de noviembre para recordar, lo haremos. Pues nunca debemos olvidar hasta qué extremos -de violencia intestina- puede llegar la política a escala nacional o incluso local cuando se buscan finalidades interesadas y perversas. Y sobre todo hoy, no debemos olvidar cómo al crear el caos, al estimularlo y acentuarlo, para justificar el autoritarismo, se crea un campo de salitre en el que una sola chispa basta para cometer lo indecible. "Sin que lo noten, el rocío de la mañana cae sobre la ciudad silenciosa, sobre los cuerpos de los soldados que andan, sobre los cuerpos de los jesuitas asesinados, sobre los tejados de quienes duermen sin que...