La institucionalidad hace la diferencia

Óscar Manuel Batres B.Estos hechos desafortunados muestran el daño que puede hacer a un país una persona sociópata y narcisista que llega a ocupar posiciones de poder.El 6 de enero, el mundo presenció con asombro la invasión y la toma violenta, destrucción y usurpación de oficinas dentro del Capitolio de los Estados Unidos por turbas de fanáticos extremistas blancos simpatizantes del presidente Donald Trump que pretendieron obstaculizar la sesión conjunta del Congreso en la que se ratificarían los resultados de la elección presidencial del 3 de noviembre que dieron como ganador al vicepresidente Joe Biden, y su compañera de fórmula Kamala Harris.Fueron hechos que culminaron las denuncias de fraude electoral y mentiras que el presidente Trump estuvo realizando a todo el proceso electoral en sus discursos de campaña, y con sus abundantes mensajes en las redes sociales. Todos los recursos presentados fueron desestimados por las Cortes estatales que conocieron sus demandas. El mundo fue testigo de un espectáculo que hasta ahora creíamos que solo lo podíamos ver en América Latina o en países del tercer mundo a los que algunas veces ese presidente se refirió con las frases más despectivas y denigrantes. A ese nivel rebajó Trump a los Estados Unidos.También observamos perplejos cómo Trump con familiares y allegados presenciaban y celebraban complacidos las imágenes que transmitían en vivo los noticieros de televisión sobre los hechos que estaban sucediendo. Era como estar viendo a los emperadores romanos presenciando sin ninguna conmoción los espectáculos sangrientos realizados en el Coliseo para entretener a la plebe.Estos hechos desafortunados muestran el daño que puede hacer a un país una persona sociópata y narcisista que llega a ocupar posiciones de poder y que es capaz de agitar, instrumentalizar y movilizar con mentiras y propaganda masas que, por su bajo nivel cultural y conductas antisociales, son propensas a realizar todo tipo de desórdenes que provoquen zozobra, alteración y desestabilización para lograr sus fines perversos, desconociendo y menospreciando la voluntad popular que en sus discursos dicen respetar.Así como presenciamos un espectáculo bochornoso, debemos reconocer y destacar que Estados Unidos dio un ejemplo al mundo sobre la forma en que deben defenderse y protegerse pronta y enérgicamente sus instituciones democráticas cuando son amenazadas, y se desconoce su autoridad y el papel que les corresponde en el funcionamiento...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR