La mala prensa...

Óscar Picardo JoaoSolo los presidentes, ministros o funcionarios que generan "dudas razonables" con su conducta política atraen "mala prensa".De repente se me ocurrió preguntarme ¿por qué existe la "mala prensa"? y, la respuesta es fácil: por dos sencillas razones, porque hay fondos públicos y porque hay gobernantes corruptos y populistas... Pero deberíamos profundizar un poco más.Pero ¿qué es mala prensa?; esta categoría semántica ha sido creada por sectores políticos corruptos y populistas, que se sienten acosados por periodistas que hacen preguntas incómodas.Solo los presidentes, ministros o funcionarios que generan "dudas razonables" con su conducta política atraen "mala prensa". Mala prensa es entonces un periodismo agudo, riguroso, sistemático, incómodo, investigativo, que busca evidencias y que pregunta; mala prensa es sinónimo de fastidioso, molesto, desagradable. Si la prensa pregunta y esto molesta el político ya confiesa su culpabilidad y acusa de mala prensa. Investigar -del latín In Vestigium- es ir tras la huella, esto implica preguntar, cuestionar e indagar.Ciertos políticos nos quieren hacer creer que algunos periodistas los persiguen y hostigan por motivos políticos o ideológicos; pero en el fondo, la persecución es porque administran fondos públicos, y los políticos creen que son dueños de los fondos y que están en su derecho a hacer lo que les dé la gana. Así se va creando un paradigma peligroso: Lo público no es de nadie y nadie tiene derecho a saber...La última moda de los políticos -por la mala prensa- es declarar la información de proyectos "reservada" y generalmente por "razones de seguridad nacional". Esto no solo es ridículo, sino que parte del principio de que la gente es estúpida.Obtener el poder por la vía democrática no es un cheque en blanco para hacer lo que el funcionario le dé la gana. Hay leyes, reglas y normas de transparencia y rendición de cuentas. El poder es prestado para diseñar soluciones para el bien común. El poder no es para saltarse la barda, para lograr privilegios, para enriquecerse; es para servir a los ciudadanos. Pero en la cultura política latinoamericana hemos visto todo lo contrario, y...

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