Un mensaje a las larvas

José AfaneColumnista de LA PRENSA GRÁFICAOmnipresentes en muchos puestos de trabajo (especialmente en el gobierno), por lo que nos toca sufrir su trato desinteresado, su falta de preparación, y su "¡y qué!", ellos sin darse cuenta del daño que causan a la organización. Cuando una larva de estas hace su trabajo a medias, sin inspiración, sin ánimo y sin conocimiento, contamina la atmósfera laboral, enemigo de la productividad.Larvas con poder causan tremendo daño. Los empleados bajo su mando, además de sufrir humillación, se desmotivan y asumen la misma actitud displicente. Mantener en planilla a las larvas, por lo tanto, es un tremendo error para las organizaciones.Lamentablemente, las larvas también abundan fuera del ámbito laboral, y últimamente se han multiplicado. Ahora resulta, que el carro más codiciado en El Salvador (el que más importan de subastas) es la Chevrolet Tahoe, tan apetecida por larvas imitando a su presi. También están de moda la barba, el pelo engrasado, los trasplantes, los jeans y la forma de hablar presidencial, sobre todo entre tanto golondrino.Pero las larvas más larvas son las que nos gobiernan. De la nada aparecen con buenos cargos, nuevas direcciones, casas en la playa, lujos a diestra y siniestra: ¡las mismas larvas de siempre! Como aquel expresidente quien antes de salir de casa presidencial, se construyó un palacete real con el dinero del pueblo. "¡Y qué!" Estas larvas no pueden esconder su descaro, el poder los enferma, se creen invencibles. Como varios diputados que no han dado vía en su...

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