Mentiras

Por Cristian VillaltaGerente editorial de Grupo LPGA veces el gobierno no miente, es sólo que le avergüenza reconocer la verdad porque es difícil de creer, porque asume que la gente no podrá procesarla o porque su conocimiento afectará los intereses de sus financistas, socios y aliados. Es entonces cuando emplea todas sus fuerzas de propaganda, sus trucos publicitarios, el entrenamiento a voceros para que no les tiemble la voz frente a la cámara, el ensayo con sus lacayos del micrófono para que no pregunten excepto lo que ya han acordado (y sin levantar una ceja, no me joda), para comunicar sin decir nada.Y otras veces, sí, el gobierno miente abiertamente.Cada administración lo hizo porque desde que ustedes quieran empezar a contar, 1920, 1960 o 1990, uno tras otro cada régimen practicó equilibrismo entre lo que la población desea para vivir con dignidad y lo que los grupos de poder económico necesitan para continuar operando. Los más horribles momentos de la historia salvadoreña fueron aquellos en que, para mantener inalterado el "clima de negocios", algunas esferas económicas alentaron al Estado a recurrir a la violencia e incluso participaron de ella.Cada vez que el tal equilibrismo del gobierno se ha roto, ha sido en perjuicio de las mayorías y beneplácito de esas minorías que ganan elección tras elección con independencia de si el que se sentó en la silla fue Paco Flores, Funes o Bukele. Pero de oligarquías platiquemos otro día.Este momento de la vida democrática salvadoreña es fuerte porque, a diferencia de con los gobiernos areneros o efemelenistas, el de GANA amancebado con Nuevas Ideas, representa y es fruto del agotamiento no sólo de aquellos partidos, al fin y al cabo vehículos que ya no sirven para gran cosa, sino de la población ante un Estado que nunca la puso a la cabeza de la lista de sus prioridades.El que votó alguna o muchas veces por el tricolor o por el Frente y luego lo hizo por GANA no asistió a las urnas convencido sino harto. Y desde entonces, cientos de miles que hicieron ese tránsito de banderas esperan de la administración de Bukele una sola cosa: que la persona sea el origen y fin de la actividad del Estado, sin...

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