Una opción democrática

Rafael Ernesto GóchezLa vida nacional ha sido tan quebrantada que es incomprensible el predominio de la confrontación política en plena pandemia.Este 15 de octubre se cumplen 41 años del golpe de Estado y la Proclama de la Fuerza Armada de la República de El Salvador, la cual perseguía el respeto de los derechos humanos, la lucha contra la corrupción en la administración pública y el bienestar económico y social de la población.En estas cuatro décadas ha sucedido de todo: cayó el muro de Berlín y la URSS, Nelson Mandela fue electo como presidente de Sudáfrica, se pasó del somocismo al orteguismo, las redes sociales revolucionan la forma de comunicarse, crece la tensión EUA-China, hubo tres terremotos en suelo cuscatleco, se da el éxodo salvadoreño y se transitó de la violencia política a la violencia delincuencial en El Salvador.El rumbo del país muestra fallas significativas en el período 1979-2020, entre las que se destacan: (a) la creciente disparidad socioeconómica entre el AMSS y el resto del país, (b) la contaminación en la mayoría de los ríos, (c) la estrechez del mercado laboral, (d) la expansión del uso de la fuerza bruta como modus vivendi, y (e) los persistentes niveles de corrupción e impunidad.La vida nacional ha sido tan quebrantada que es incomprensible el predominio de la confrontación política en plena pandemia, en medio de una recesión económica y ante un grave desequilibrio fiscal. Esto sugiere que los salvadoreños no hemos aprendido lo suficiente de lo ocurrido entre 1979-2020.¡Hay que tratar la "dislexia política" de más de cuatro décadas! Una opción democrática sería construir una visión de país, trabajar con base en objetivos comunes y aplicar las seis "C" (emulando el modelo administrativo de las 5C). Así se lograría una buena gobernanza y el país saldría adelante.1. Coordinación. Dos acciones estratégicas serían: (a) articular...