La piedad cristiana en lo corriente

Rutilio SilvestriLa verdadera solidaridad: el ponerse en el lugar del prójimo, en sus necesidades y en sus alegrías, en sus dolores y problemas que pueda padecer.La palabra piedad como uno de los dones del Espíritu Santo se refiere a nuestra relación con Dios, el trato de un hijo con su Padre Dios, lleno de confianza, amor y sencillez.Que le refiere todos sus problemas, sus alegrías y preocupaciones. Que acude a Él en cualquier momento, porque sabe que su Padre le escucha y está pronto a ayudarle en todo momento y en cualquier necesidad.Por otro lado, la piedad, como don del Espíritu Santo, se refiere más bien a nuestra relación con Dios, al auténtico espíritu religioso de confianza filial, que nos permite rezar y darle culto con amor y sencillez, como un hijo que habla con su padre.Es el trato de intimidad, de cariño, de comprensión, de ayuda, de un amigo con su amigo. Que no niega a dar una mano a aquel que la requiera, que está pronto a darle lo que necesite, sin buscar recompensa de ningún género.La palabra piedad es sinónimo de amistad con Dios, esa amistad en la que nos introdujo Jesús, y que cambia nuestra vida y nos llena el alma de alegría y de paz.El don de Piedad, don del Espíritu Santo, nos hace vivir como verdaderos hijos de Dios, nos lleva también a amar al prójimo y a reconocer en él a un hermano. A convivir en armonía con todas las personas, a ayudar a los necesitados, a ejercer la solidaridad con todo el mundo, especialmente con los que nos rodean.La piedad incluye la capacidad de alegrarnos con quien está alegre y de llorar con quien llora, de acercarnos a quien se encuentra solo o angustiado, de corregir al que yerra, de consolar al afligido, de atender y socorrer a...

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