La Presentación del Señor

Rutilio Silvestrirsilvestrir@gmail.comEl 2 de febrero, la Iglesia Universal celebra la fiesta de La Presentación del Niño Jesús en el Templo. A esta fiesta también se le llama de La Candelaria, por el simbolismo de las candelas con la luz: el Señor es la luz para alumbrar a las naciones.Cuando los padres de Jesús llevaron al Niño para cumplir las prescripciones de la ley, Simeón «conducido por el Espíritu» toma al Niño en brazos y comienza un canto de bendición y alabanza: «Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos; luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel».Simeón no solo pudo ver, también tuvo el privilegio de abrazar la esperanza anhelada, y eso lo hace exultar de alegría. Su corazón se alegra porque Dios habita en medio de su pueblo; lo siente carne de su carne. Y él exclama: ahora Señor ya puedes llevarte a este tu siervo, porque mis ojos han visto al Salvador.La liturgia de la fiesta nos dice que con ese rito, a los 40 días de nacer, el Señor «fue presentado en el templo para cumplir la ley, pero sobre todo para encontrarse con el pueblo creyente». El encuentro de Dios con su pueblo despierta la alegría y renueva la esperanza.El canto de Simeón es el canto del hombre creyente que, al final de sus días, es capaz de afirmar: Es cierto, la esperanza en Dios nunca decepciona. Él no defrauda. Simeón y Ana, en la vejez, son capaces de una nueva fecundidad, y lo testimonian cantando: la vida vale la pena vivirla con esperanza porque el Señor mantiene su promesa.Será, más tarde, el mismo Jesús quien explicará esta promesa en la...

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