El rubro del empleo es cada vez más determinante para que el desarrollo vaya llegando cuanto antes a los connacionales de todo nivel

David Escobar GalindoColumnista de LA PRENSA GRÁFICAEl brote de insatisfacción ciudadana que provocaron las políticas y sobre todos los vacíos de políticas que atendieran las necesidades de la gente en la época anterior a la actual ha hecho que los principales rubros referidos a tal insatisfacción sean hoy muy sensibles en el día a día de nuestra vida nacional, y eso se hace más notorio en cuestiones como el trabajo y el empleo. Y esto es un fenómeno que se viene globalizando de manera expansiva. Así, en el recién pasado Día Internacional del Trabajo, que se celebra globalmente el 1 de mayo de todos los años, los más diversos sectores hicieron oír su voz y multitudinarias manifestaciones callejeras salieron a reclamar y a protestar en las más variadas zonas del mundo, incluyendo el llamado mundo desarrollado. Démosle a todo esto, que es original en tantos sentidos, el trato metódico que requiere, para enfilarnos de modo sensato hacia el nuevo horizonte.Entendidas así las cosas, hay que percatarse a fondo de que todas las condiciones de vida vienen complicándose progresivamente, y el trabajo y el empleo no son ni podrían ser la excepción. Hoy, además, hay más conciencia de las distorsiones y de los vicios que están listos a presentarse; así, por ejemplo, ocurre con el tema del subempleo, que antes ni siquiera se mencionaba como cuestión problemática e injusta. Reducir los horarios para pagar menos o disminuir el pago por hora trabajada no parecían tener mayor importancia, cuando en verdad son recursos perversos que es imprescindible evitar a toda costa. Y esto se vincula con la preservación de los derechos básicos de la población en general, y ya no se diga con la más necesitada, que es la que siempre está en mayor riesgo de ser atropellada y victimizada.Tengamos presente, sin ningún descuido al respecto, que haber entrado en esta fase del desarrollo global presente nos compromete a todos, sin importar niveles o formas de vida, a ponernos al servicio de la evolución, que es en estos días, en primer término, una forma de apertura mental sin fronteras. Abrir las mentes se convierte así en un dinamismo realmente trascendental, desde cuya base se irán articulando las nuevas visiones y previsiones del futuro, y en especial del futuro inminente. Y así, al hablar del trabajo queda claro al máximo que eso abarca también, y en primer término, el trabajo de articulación inteligente y visionaria de las tareas socioeconómicas y de los afanes...

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