'Los salvadoreños no tenemos salud mental'

Una entrevista de Wendy HernándezFotografías de Nelson RiveraExteriorizar las emociones, según Rina Bolaños de Zometa, nunca ha sido algo frecuente en la sociedad salvadoreña. Ella habla desde su cargo como vicedecana de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente de la Universidad de El Salvador, y señala que, para muchos, el que alguien acuda a terapia psicológica es cosa de "dementes". Culturalmente, acá, se ha normalizado el tratamiento de las enfermedades físicas, pero no el de los trastornos mentales.El confinamiento, explica, agrava las enfermedades mentales ante la falta de atención y continuidad en los tratamientos de los pacientes tras los cierres de los centros de atención. También habla de cómo la desinformación y el discurso de terror propician las conductas punitivas y las compras de pánico en la población. Y agrega que, tras la pandemia, el país verá un incremento en los casos de depresión, fobias trastornos de la alimentación y los estados de ánimo. Todo producto de la inestabilidad política y social que llega hasta lo más íntimo de los hogares.Esta es la primera vez, en 54, en que el vicedecanato de esta facultad es ocupado por una mujer en la sede de Santa Ana. Bolaños de Zometa cuenta con estudios superiores en psicología y se especializa en la atención en crisis, familia niñez y en la profesionalización de la docencia superior. Desde esa experiencia explica que en esta crisis de salud por covid-19, a los salvadoreños se les hace difícil de encontrar sentido a las repentinas palpitaciones, la arritmia o la sensación de agitación o cansancio, algo propio de los ataques de pánico. La falta de atención a la salud mental ha ocasionado que los ciudadanos no puedan poner nombre y apellido a sus problemas emocionales.Los salvadoreños no tenemos salud mental. Nosotros hemos perdido el sabor de vivir la vida. Primero, vivimos una guerra; luego, la posguerra fue dura para la sociedad y los actores involucrados en ella: los militares y la guerrilla. Al no sanar las heridas, al no poner la mirada en los problemas de salud mental como producto de ese conflicto, vemos los resultados en una ola de violencia social.Por ejemplo, si vamos por la calle y alguien camina detrás por una cuadra o dos, eso ya nos pone nerviosos. Y esto se debe a los niveles de violencia en que vivimos. En otro contexto, en otra sociedad, la gente ni cuenta se da. Pero acá, hemos llegado a niveles de violencia catastróficos. Nuestra salud mental está bastante dañada. Ahora, con este ejemplo, cualquiera diría: "Él o ella está enfermo, porque piensa que cualquier persona puede estar siguiéndolo". Y sí, la mayoría hemos desarrollado esta paranoia por la realidad en que vivimos.Tampoco debemos olvidarnos de otro factor: la pobreza. Acá los niveles de pobreza son grandes y los salvadoreños viven el día a día. ¿En qué tiempo pueden ellos aprender a tocar un instrumento? ¿Escribir un poema? ¿Estudiar pintura? ¿Hacer una escultura? La gente anda la conciencia diaria en poder resolver las necesidades básicas para su sobrevivencia. Nuestra...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR