Ser y sentirse valorado. Parte 1

Kalena de Veladokvelado@yahoo.esEntramos a una época de pausa de los ajetreados días de trabajo cotidiano en ocasión de la conmemoración alrededor del mundo de la muerte y resurrección de Jesús. Independientemente del estado personal de la fe cristiana (o de su ausencia total), resulta interesante conocer los valores profundamente humanistas clásicos detrás del fenómeno cultural más influyente de los últimos tiempos, ocurrido durante la primera Semana Santa hace más de dos milenos, en la histórica ciudad de Jerusalén.Llama la atención el tema del humanismo clásico porque fueron los griegos quienes originalmente se refirieron al valor intrínseco de cada individuo tan solo por ser identificado como un animal racional. No es pues sorprendente que el reconocimiento de la dignidad de cada ser humano sea el motor del esfuerzo que se está realizando actualmente desde los tanques de pensamiento y organismos internacionales para promover los derechos humanos, derivados de la aceptación universal de la alta valoración de la persona, independiente sea hombre o mujer, enfermo, creyente, no creciente, origen socioeconómico, étnica, religión, edad, etcétera.El esfuerzo y empeño en promover el valor de cada individuo y sus derechos humanos no es extraño debido a que "el fenómeno al que nos enfrentamos hoy ya lo retrató el escritor y pensador Hermann Broch desde 1918-1932, en el tercer volumen de 'Los sonámbulos' (obra completa finalizada en 1932), donde analiza el declive de los valores de su tiempo. Para Broch no es que ya no haya valores, sino que, a consecuencia de que ya no existe un valor universal y trascendental, todos los valores se fragmentan y se hacen pequeños. A la clase política solo le interesa el poder, a la clase militar solo le interesa tener más armas, a los médicos solo les interesa tener más medicinas, al mundo tecnológico solo le interesa desarrollar más tecnología. No existe ya un sentido de responsabilidad general. Y no solo eso: esos grupos no hablan el mismo idioma, no se comunican, no existe un diálogo entre ellos". Quien así nos lo recuerda a un público salvadoreño es el pensador holandés Rob Riemen, fundador del Nexus Instituut, durante una conferencia y un conversatorio sobre la necesidad de volver a practicar la reflexión humanista clásica, cuyo origen se remonta hasta la Grecia antigua, en la cual los filósofos realizaban una búsqueda ardua y honesta por encontrar la verdad más profunda de las cosas. Esa actitud de...

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