VIVIMOS CONSTANTEMENTE RODEADOS DE ESPECTROS, LO CUAL NOS HACE SOSPECHAR QUE SOMOS UNO DE ELLOS

HistoriasPEREGRINACIÓN AL ÁTICO-No se les olvide que todos, absolutamente todos, seguimos siendo niños, aunque el tiempo continúe pasando a su estilo.-Eso ya lo sabemos, no tenés que recordárnoslo a cada paso.-Bueno, disculpen, pero no quiero que malgastemos el tiempo. Tenemos que avanzar hacia nuestras metas, que afortunadamente parecen comunes en el fondo. Hay que crecer, muchachos, porque esa es la orden de la Providencia.Él era el guía, y estaba ahí justamente para guiarlos por encargo de los padres mientras ellos iban a cumplir con sus trabajos en oficinas y en negocios. ¿Pero quién en verdad era aquel señor de barba blanca y de vestimenta exótica? La voz común era que se trataba de un maestro retirado, que vivía hoy de trabajos como aquel. ¿Sería?Esa vez el guía tomó una iniciativa que de entrada parecía un juego:-Vamos a ir, juntos, a la parte más alta de la casa, a ver si podemos ensayar para nuestra próxima excursión.Todos, muy sonrientes, se dispusieron a seguir al guía, que subió la escalera más próxima como si fuera un personaje circense. Los niños lo siguieron, animados.Estaban ya en el atico y era momento de empezar la tarea. Sin perder más tiempo, a la orden del guía cumplieron con lo que él les ordenaba:-¡Por favor, extiendan las alas y emprendan el vuelo, que es para no volver! ¡Y hasta el siguiente encuentro en la otra dimensión!DESPERTAR CON NUEVA LUZ-Buenas noches, mi amor. Que duermas como un lirón, según tu costumbre.-Buenas noches, mi niña adorada. Que despertemos bien, y adelante.La luz se apagó sin que ninguno de los dos apretara el botón. La noche venía con sueño, y ambos lo sentían sin decírselo en palabras. Así fueron pasando los minutos y las horas. Era una noche de serenidad total, al menos tal como se anunciaba en lo referente a la atmósfera externa; pero como cada cabeza es un mundo, en los respectivos mundos de ellos dos el clima emocional hacía de las suyas. Eso no lo hablaban nunca, pero esta vez algo les estaba moviendo la voluntad con determinación de entender en conjunto lo que les pasaba.Como nunca antes había ocurrido, esa noche se cruzaron en una esquina del sueño que ambos transitaban por su respectiva cuenta. Se sorprendieron cada uno a su modo al verse frente a frente después de tanto tiempo de andarse buscando sin encontrarse. A su alrededor, la ciudad bostezaba sin disimulo y los sonidos del conglomerado que de seguro vivía en los entornos hacían que la sensación prevaleciente fuera de comunidad...

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