De Washington a Pekín, dejando de jugar pispisigaña.

Alberto Arenearenealberto@yahoo.esBuena parte del país no parece todavía haber caido en la cuenta que el Presidente Bukele recibió un país liderando el homicidio, la postración y el endeudamiento económico en Latinoamérica, entrampado social y políticamente, con pocas alternativas para salir del entrampamiento perfecto de un esquema económico y social fallido expulsor de nuestra gente al exterior, con enormes espectativas de millones de creyentes que esta vez, si ha llegado el cambio. Hacerlo conlleva hacer cosas extraordinarias, transformando -literalmente- el modelo económico y social, dejando finalmente de jugar pispisigaña .Después que el joven presidente Bukele sedujo a Washington con bienvenidas de Trump y visitas del Secretario de Estado, del Fiscal General y de la líder de los demócratas en el Congreso acompañada de los jefes de la Casa de Representantes, la ayuda recibida no tiene todavía comparación con la contribución salvadoreña a detener la migración ilegal (-80%), ni con las espectativas creadas por la Casa Blanca sobre el nuevo presidente salvadoreño, ni con las enormes necesidades del Estado salvadoreño, ni con los tiempos cortos de Bukele para capitalizar resultados frente a la próxima contienda legislativa donde se propone una victoria apabullante que le permita controlar el congreso. La perspectiva del "impeachment" y de su reelección tienen demasiado absorbidos a Trump y a su gobierno, mientras Bukele quiere ver resultados concretos en poco tiempo que pueda capitalizar política y electoralmente.La excesiva y publicitada reacción de Washington a la ruptura de relaciones diplomáticas de El Salvador con Taiwán, y a su apertura con China, hizo que el presidente Xi Jinping descubriera al pequeño El Salvador, preguntándose ¿porque semejante reacción del poderoso Washington, con un pequeño país de su patio trasero? Así, gracias a Washington, subieron exponencialmente las acciones de nuestro país en Pekín, fluctuando en la incertidumbre por las declaraciones del presidente electo introduciendo dudas sobre dicha relación, ante el deleite de Washington y de algunos exponentes del empresariado y de la derecha salvadoreña.En el primer año de relaciones, la diligente y efectiva embajadora invitó a centenares de periodistas, políticos, empresarios e influyentes ciudadanos a visitar China con todos los gastos pagados, mientras el presidente Bukele después de tomar posesión inició una comunicación discreta y cautelosa con su gobierno...

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